CODA (USA, Francia
y Canadá, 2021)
Supera a La familia Bélier (2014) de la
que es un remake.
Cine puro. Donde las imágenes te cuentan
una historia sin necesidad de palabras y donde todo sonido es sólo
complementario.
Drama musical, la definen. La tildan de
drama. Pero CODA (Children Of Deaf Adults) es una comedia musical y
ningún postureo sentimental le permite poder ser considerada como drama. (Debo estar zumbado para haber escrito esto.)
Ruby (Emilia Jones) nos atrapa en su
ternura, compatible con su carácter fuerte, y es sobria en sus manifestaciones,
incluso cuando se enamora, no sobreactuando ni un pelín; su hermano (Daniel
Durant), rudo casi analfabeto, exhibe una dignidad que salva a Ruby y a toda la
familia; el profe (Eugenio G. Derbez) magnífico y de nuevo sin ninguna ñoñería;
y no digamos del padre (Troy Kotser, candidato al Oscar de mejor secundario por esta película), que le bastan los gestos para expresarse, en una exhibición
de cine puro, que nos seduce en los momentos más emotivos (y en los más
cómicos).
Emociones, continuas y a raudales; ñoñerías, cero.
Sensaciones, sentimientos, todos; postureos, ninguno. Pero entonces ¿de qué va? ¿Que de qué va? ¿de diálogos de sordos? ¡Qué va! El que quiera saberlo que vaya a
verla, pero ya, y que luego venga aquí para contarlo.
Película recia, donde las haya, con
texto de Murakami, dirigida por Ryusuke Hamaguchi,
trata de un grupo de teatro que ensaya TIO VANIA de Chejov. La chófer, Toko Miura, que impone la productora, no desmerece un ápice de la interpretación del
actor-director Hidetoshi Nishijima. Oscarizable total.
El Triunfo (francesa,
2020)
Está dirigida
por Courcol e interpretada por Kad Merad, actor de teatro que accede a dirigir a un grupo de
cinco presos para representar la obra Esperando a Godot de Samuel
Beckett. Frenética y divertida, a pesar de ser francesa, ha sido premiada como
la mejor comedia europea del año 2020.
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