martes, 5 de mayo de 2020

2015 (M 5/5/2020) Lecciones que debemos aprender de esta pandemia

(No denuncio los contenidos ni las medidas prescritas con motivo de esta pandemia: acepto y acato las normas restrictivas del confinamiento. Pero me revelo contra las formas y el tono histérico, sobre todo en los medios de comunicación)

         Para mí que las lecciones que debemos aprender son:

        1) se comienza amedrentando a la población. El miedo se contagia más que la propia pandemia;
         2) Inmediatamente después nos ponen a prueba para confirmar nuestro dócil sometimiento: vga.: ofreciendo la protección pública al tiempo que nos martillean con datos a cual más terroríficos;
      3) ya bien macerados, nos someten a restricciones de movilidad bajo amenazas fatales caso de desobediencia.
        4) Esta práctica realizada con éxito, restringiendo nuestros derechos civiles, asegura al Poder que podrá repetirla eventualmente cada vez que surja algún problema social relevante, como efecto de nuestra domesticación. Así que ojo al parche, y si queremos frenar estas actuaciones autoritarias (cuando lo sean) comencemos por el primero: evitar a toda costa el miedo.
       5) Los virus de las pandemias se ceban en las aglomeraciones del personal. Por eso serán más cáusticos cuanto más grandes sean las ciudades. Y no olvidemos que la tendencia inevitable es un futuro con ciudades cada vez mayores. Así que ojo al parche. Y que las próximas disposiciones no sean a posteriori sino preventivas, por más exageradas que parezcan, desde las higiénicas hasta los aprovisionamientos de epis, con especial atención a los equipamientos sanitarios.
        6) Las noticias se han vuelto deleznables. No podían desaprovechar esta ocasión para alarmar al personal con tal de aumentar la audiencia o vender más ejemplares. El PIB se hunde clamorosamente… (¿y cómo podría ser de otra manera con toda la actividad económica parada? Bastaría una información mensual, o semanal, moderada, pero al reiterarla diariamente demuestran que sólo pretenden alarmar al personal). Una noticia tal como “un rebrote del pico de fallecimientos…”, ignora la norma elemental de la estadística que exige recortar los picos de sierra, tanto inferiores como los superiores, para que no afecten a la media, aparte de que dar un parte diario desenfoca la información que necesita cierto tiempo para que adquiera un significado. El ocaso de ayer con nubes enrojecidas de pavor nos avisan de un posible inmediato estallido de nuestra galaxia, afirma un estudio de científicos nobels (no lo han escrito todavía, pero todo llegará). Con lo cual los medios se han puesto al nivel esperpéntico de los políticos en cuanto al desprecio que deben merecernos. Lo único acertado es la denominación del Estado de Alarma, que no es tanto la descripción de una situación como un medio para provocar que así lo sea.
      7) Dada la consideración que nos merece la economía de los cuidados (vide entrada 2013 del 28/4 p.pasado) procede iniciar una culturización de nuestra sociedad sobre este tema a todos los niveles. Que va para largo. Esta faceta económica del feminismo complementará sus aspectos sociológicos, culturales y políticos que ya tiene, porque ha venido a quedarse.

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