lunes, 11 de marzo de 2019

1751 (L 11/3/19) Los lunes, tweets de la semana

(Hoy parece que va de la manida confrontación entre izquierdas y derechas:)

“Populismo de izquierdas” es una contradicción en sus propios términos. El populismo es por su propia naturaleza de derechas pues al definirse como antisistema, reniega de las instituciones democráticas (John Keane).

La extrema derecha reaccionaria dice que los negros y musulmanes vienen a imponernos sus costumbres y a quitarnos nuestros puestos de trabajo.

La derecha sabotea todas las iniciativas de la izquierda porque saben que con ellas mejoraría la vida de los pobres. Y eso es algo que la derecha no puede soportar. Los necesita como contraste para distinguirse.

Las derechas extremas generan ciudadanos de primera y de segunda, por sus programas xenófobos, homófobos y machistas (y misóginos), sus pulsiones autoritarias y su ataque frontal a valores como la tolerancia, la igualdad y la libertad. Su peligro no es sólo lo que dicen, sino sobre todo lo que no dicen. A Ignacio Urquizu, más que los folios de acuerdo entre PP y Vox, le preocupa lo que hayan hablado sin ponerlo por escrito.

Cualquiera diría que no soporto a LA derecha. Y no. no es así, lo que no soporto es a ESTA derecha, cavernícola, mendaz, podrida, como es la que tenemos en España. La derecha como tal es necesaria. Todo país necesita progresistas, normalmente los más jóvenes, que buscando mejoras quieren cambios, y por otra parte los conservadores, que ya tienen patrimonio y familia que conservar y defender, normalmente ya mayores. Y juntos pueden y deben tirar del carro de la sociedad, los unos empujando hacia adelante, los otros sujetando las riendas para que el caballo no se desboque... Pero esto..., esta derecha nuestra, no, por favor.

En cuanto a C,s, en este partido conviven dos almas (contradictorias): la liberal (la que pretendió exhibir de la mano de Luis Garicano cuando nació) y la nacional (en la que ha sido abducido por VOX). La liberal, glosa Víctor Lafuente, es laica, tolerante, negociadora, moderada, y quiere unir a todos los habitantes de un país (qué digo! del mundo mundial…) bajo una economía de mercado y un Estado que garantice la igualdad de oportunidades. El alma nacional, por el contrario, divide con celo religioso a los habitantes en patriotas y traidores. Así que lo tienen crudo, a ver si se aclaran. Tendrán que elegir entre el programa de Garicano y la foto de Colón. 

Inés Arrimadas fue de propio a Waterloo con un séquito de sopotocientos seguidores y periodistas para informar al mundo entero que la figura de Puigdemont no le interesa a nadie porque es irrelevante.

“Los votos se arrastran de un partido a otro como por el interior de galerías subterráneas. Parecen insectos desorientados, larvas que escapan de una gusanera clandestina…” (Si quieres seguir leyendo el texto Lo nuestro, una radioscopia divertida de la actualidad política española, de Juan José Millás, clic aquí.)

Ciaooo...!

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