Ciudadanos y el PP se proclaman constitucionalistas. Todos los demás, las izquierdas y los independentistas, no lo son.
Manuel Cruz y José Enrique Serrano en su artículo Contra los expendedores de constitucionalismo nos informan que los autores Steven Levitsky y Daniel Ziblat se han ganado un reconocimiento general por su libro Cómo mueren las democracias, en el que proponen un test, para identificar a los fantoches que ponen en peligro el sistema democrático, con preguntas tales como:
Manuel Cruz y José Enrique Serrano en su artículo Contra los expendedores de constitucionalismo nos informan que los autores Steven Levitsky y Daniel Ziblat se han ganado un reconocimiento general por su libro Cómo mueren las democracias, en el que proponen un test, para identificar a los fantoches que ponen en peligro el sistema democrático, con preguntas tales como:
- ¿Han apoyado leyes que restringen las libertades civiles? ¿Sugieren la necesidad de adoptar medidas como prohibir determinadas organizaciones políticas? ¿Pretenden usar manifestaciones masivas destinadas a forzar un cambio de Gobierno? ¿Describen a sus rivales de otros partidos como delincuentes cuyo supuesto incumplimiento de la ley los descalifica para participar de manera plena en la esfera política? ¿Describen a sus rivales como subversivos o contrarios al orden constitucional?
No sino que parece que se hubieran inspirado en la derecha actual española para redactar ese formulario. Porque nuestra derecha están intentando, con la excusa de la Constitución, recomponer el tablero político a base de expulsar a toda la izquierda (además de al independentismo) por inconstitucional. Fantasean de esa manera que, vaciado dicho espacio, se podrán repartir entre ellas a su gusto las etiquetas clásicas de derecha, centro e izquierda (donde PP y C,s se postulan por el centro, que confunden con el centro de todo el espectro nacional).
Proclamar
enfáticamente que se está a favor de la Constitución no pasa de resultar una
obviedad semejante a la que supone proclamar a voz en grito que se está a favor
de la familia. El problema es que Albert Rivera quería en sus orígenes ser
Suárez bis y ha acabado convertido en aspirante a Fraga bis pregonando “¡la
Constitución es mía”! Pablo Casado parece tenerlo más claro: siempre quiso ser
Aznar bis. (El día que intente ser él mismo no se va a encontrar). Pero ambos deberían ser conscientes de que nadie le hace más daño a
la Constitución que quien intenta utilizarla en su provecho, y que expulsar de
la Constitución a la mitad de España parte a España por la mitad y confronta a las dos partes.
Por eso nos preguntamos ¿son realmente el PP y C,s los constitucionalistas?
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