Hasta ahora los votantes de la derecha cavernícola, facha y corrupta,
española no se atrevían, por vergüenza, a confesar a quiénes habían votado, lo
que no les impedía seguir votándolos, a escondidas. Ahora ya se ha perdido la
vergüenza de votar, y decir que se vota, por este tipo de partidos.
He dicho facha, consciente de su connotación con el fascismo, término éste que
ha devenido en sinécdoque: palabra que se puede aplicar a distintos movimientos
totalitarios.

Hoy día la extrema derecha encarna un
neofascismo en el que se detectan otros rasgos como el hipernacionalismo (we first, nosotros lo primero); en Europa el antieuropeísmo para pasar a otra nueva UE re-nacionalizada; antiinmigración
racista (esencialmente antimusulmana), nativismo y supremacismo blanco; antifeminismo
y homofobia; negacionismo sobre el cambio climático como consecuencia
del hacer humano; liderazgo fuerte (admiración por Putin, que responde también a
muchas de estas categorías) y culto al líder que busca una
relación directa con “el pueblo”; autoritarismo; no tanto rechazo a las
elecciones sino al pluralismo y a la división de poderes, en particular a un poder
judicial independiente; crítica a los medios críticos y a la
libertad de prensa y desinformación y provocación a través de las
redes sociales (fake news); afirmación
religiosa, habitualmente cristiana (católicos fundamentalistas,
evangélicos radicales, ortodoxos en el caso ruso); pro derecha israelí;
antiglobalismo y proteccionismo; soberanistas
nostálgicos; centralistas. Y aplicando la política del miedo.
La coincidencia entre estos movimientos en la dimensión política y cultural es mucho mayor que en la económica y social, a la que no otorgan demasiada importancia en sus programas.
[Un toque local (doméstico) lo añade Manuel Vicent con estos otros rasgos diferenciales: vuelta a la España del NO-DO, la familia tradicional, la misa de doce los domingos, los belenes, procesiones, peinetas y mantillas de Jueves Santo, corridas de toros…]
Psicoanalícense, vale?
La coincidencia entre estos movimientos en la dimensión política y cultural es mucho mayor que en la económica y social, a la que no otorgan demasiada importancia en sus programas.
[Un toque local (doméstico) lo añade Manuel Vicent con estos otros rasgos diferenciales: vuelta a la España del NO-DO, la familia tradicional, la misa de doce los domingos, los belenes, procesiones, peinetas y mantillas de Jueves Santo, corridas de toros…]
Psicoanalícense, vale?
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