Las ratas, devueltas a sus cloacas, amenazan con no
parar de chillar e insultar a todo lo que se mueva. Ignorarlas podría ser un
eficaz raticida?
Los compulsivos, continuos e histéricos ataques del PP
contra el reciente gobierno del PSOE, aún sin estrenar, y vengan o no a cuento,
son una pataleta de niño mal criado que ha perdido su juguete. Carnaza para los
energúmenos (por fortuna cada día menos) que les siguen votando. Sus colmillos
chorrean sangre, menos los de Rafael Hernando que, como siempre, sólo destilan
veneno.
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