Nos referimos a los movimientos populares
espontáneos en la calle, el terror contra el terror y el eufemismo o fake news y posverdades.
El pasado día 5, hace hoy una semana, enfrentábamos la democracia asamblearia
a la representativa (vide entrada1585 de 5/5), con un imperdonable olvido, el de la
participación asamblearia fuera de los partidos políticos, la participación de
la calle sin complejos ni temores. Desde el 11M han surgido dos nuevos
movimientos sociales principales, uno el de las feministas (activo en los temas de la igualdad económica y social, la brecha
salarial, el techo de cristal… o reactivo,
contra la violencia de género y las violaciones) y el otro el de los
pensionistas. Estos movimientos son transversales tanto horizontalmente como verticalmente,
tanto entre participantes de izquierdas o de derechas como entre mayores y
jóvenes, independientemente de la edad y, pese a su heterogeneidad interna,
generan una fuerte identidad colectiva. Rememorando el 50 centenario de la toma
de las calles de París en mayo del 68, han decidido agarrar por los cuernos el
toro de la política, dada la ineficacia y pasividad de los partidos políticos
frente a los problemas reales de la gente de la calle, y echar un pulso a las
instituciones públicas (Congreso, Gobierno, tribunales de justicia…), con una
pérdida de respeto tan valiente como merecida, para forzarlas a tomar
decisiones que los ciudadanos exigen sin intermediarios políticos (incluso
leyes) que se han demostrado inútiles o alejados de su tiempo..
Bienvenida sea esta nueva arma del siglo XXI.
El terror contra el terror toma carne humana en un(a) personaje impropia
de un país que se autoproclama la cuna de la democracia. Se trata de Gina
Haspel, de 61 años, segunda de la CIA, experta en “técnicas de interrogación mejoradas
que incluyen prácticas como la privación del sueño, la desnudez, el
sometimiento al frío intenso, el encerramiento en cubículos o la asfixia en el
agua” (waterboarding), en la cual
tiene un record de 83 ahogos en un mes. Esta preciosidad, experta en torturas, se
estrenó en Tailandia dirigiendo la cárcel secreta de la CIA en el 2002. Trump
avala su nombramiento: “Gina Haspel está siendo atacada por ser demasiado dura
con los terroristas… Qué pensáis del waterboarding?
A mí me gusta mucho”. El miércoles pasado en el Senado Gina
Haspel, aunque prometió ser buena a partir de mañana, se enorgullecía de su
actividad como atormentadora: con sus torturas “sacó una valiosa información en
sus interrogatorios a los detenidos por
Al Qaeda”.
No menos letal puede ser
la palabra, sobre todo si, como es usual entre los políticos, es ambigua, equívoca
o eufemística. O posverdades o fake news,
que de todo hay en la viña de Tv1, Tv3 o del PP. Hemos tratado reiteradamente de ellos a lo largo de este blog. Bastará con añadir que los departamentos de seguridad de los EE.UU destinan presupuestos millonarios a que destacados lingüistas y psicólogos determinen los vocablos que deben utilizar los políticos, funcionarios del gobierno y medios de comunicación adictos para inocular globalmente los términos que han de utilizar, según los tiempos y contextos. (Esto explica que repitan burdamente los mismos textos como papagayos, sin que se les caiga la cara de vergüenza, los políticos y en especial los del partido del gobierno). Ya Goebbels advertía que la propaganda debe adaptarse al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida; cuanto mayor sea la masa a convencer, menor ha de ser el esfuerzo mental que se le exija. Pues la capacidad receptiva de las masas es limitada; su comprensión, escasa, y su olvido, fácil. Un ejemplo de este tipo de mensaje verbal es declarar sin tapujos que la venta de armas hace más seguro al mundo. Y un término que no se cansarán de repetir será el de patriota.
que de todo hay en la viña de Tv1, Tv3 o del PP. Hemos tratado reiteradamente de ellos a lo largo de este blog. Bastará con añadir que los departamentos de seguridad de los EE.UU destinan presupuestos millonarios a que destacados lingüistas y psicólogos determinen los vocablos que deben utilizar los políticos, funcionarios del gobierno y medios de comunicación adictos para inocular globalmente los términos que han de utilizar, según los tiempos y contextos. (Esto explica que repitan burdamente los mismos textos como papagayos, sin que se les caiga la cara de vergüenza, los políticos y en especial los del partido del gobierno). Ya Goebbels advertía que la propaganda debe adaptarse al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida; cuanto mayor sea la masa a convencer, menor ha de ser el esfuerzo mental que se le exija. Pues la capacidad receptiva de las masas es limitada; su comprensión, escasa, y su olvido, fácil. Un ejemplo de este tipo de mensaje verbal es declarar sin tapujos que la venta de armas hace más seguro al mundo. Y un término que no se cansarán de repetir será el de patriota.
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