jueves, 8 de febrero de 2018

1500 (J 8/2/18) ¿Agoniza Woody Allen?

Lo siento por mí, pero voy a pronunciarme sobre el escándalo de Woody Allen, a quien acusan Mira Sorvino, Susan Sarandon, Natalie Portman, Colin Firth, Greta Gerwig, Reese Witherspoon, Rebecca Hall, Raquel Brosnahan, Timothée Chalamet…, así como Hollywood en masa y probablemente muchos de vuestros conocidos, apoyando la denuncia de Dylan Farrow, hija de Mia Farrow, contra su padrastro cineasta por abusos sexuales el 4 de agosto de 1992, cuando la denunciante contaba solamente 7 años.
     Amazon amenaza con no estrenar su último film A Rainy Day in New York y no volver a financiar más películas suyas al tiempo que una masa crítica de actrices no quieren volver a trabajar con él en solidaridad con la denunciante Dylan Farrow.
    Contra la pederastia, tolerancia cero. Pero eso no nos permite dar pábulo a cualquier maledicencia si, como ocurre en este caso, dos investigaciones judiciales diferentes paralelas culminaron en la absolución del denunciado por falta de pruebas. Woody Allen ha negado siempre rotundamente los hechos por los que le denuncian que él atribuye al rencor que le guarda su anterior pareja Mia Farrow, madre de la denunciante. Y en cuanto a su relación con su hijastra, Soon Yi Previn, adoptada por la pareja Allen/Farrow, ni ella era menor de edad ni Allen actuaba por simple capricho como lo demuestra el hecho de que se casaran y sigan formando pareja después de 20 años.
       En esta nueva “caza de brujas hollywoodiense la primera víctima ha sido la presunción de inocencia”. Que Mia Farrow después de 20 años se siguiera sintiendo despechada es algo de lo que hasta J. Llamazares se hace eco. Porque Mia Farrow nunca le perdonó a Woody Allen que éste la dejara para casarse con la hijastra china adoptada por ambos. La cita que sigue no es mía: “Esta denuncia fue plantada por su madre en la mente de una niña muy impresionable”. El texto es de Moses Farrow, hijo de Mia Farrow y hermano por tanto de la denunciante.
      La hipersensibilidad en este tema puede hundir a Woody Allen incluso en el caso de que se tratara de una infame calumnia. Pero la tolerancia cero no debe prevalecer sobre la presunción de inocencia. Yo no me atrevo a pronunciarme. Pero la sinceridad que he visto a lo largo de toda la obra del cineasta y las dudas que suscita esta denuncia me permiten inhibirme y no dejar de seguirle en sus próximas películas.

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