jueves, 19 de octubre de 2017

1431 (V 20/10/17) DUI en zungzwang: de la farsa dramática al teatro de títeres de Cachiporra y don Cristóbal

 -Kikirikiiiii…!
    cantaron los gallos de mis dos vecinos, a uno de ellos escapándosele un gallo. Junto con la salida del sol, anunciaban la apertura de las 155 hostialidades a base de intercambios de cartas por correo, repletas de ambigüedades a la carta, de las cuales escondían más de un as bajo la manga.
   Así fue que se enfrentaron en duelo mortal el gallo Cachiporra Pelegrín y el más gallo todavía don Cristóbal de Rositas, de los tiempos del teatro chino de Manolita Chen. Toma! toma! toma! Salgan, pues, a la palestra:
    -A sus puestos! se abren las apuestas! faites vos jeux, rien ne va plus!
     Y sin más cruzaron los espolones con los codos apoyados sobre la mesa, aprestándose al Gran Pulso al son de los tambores.
-A que te doy…
-Si me amenazas con 155 perifostias te sacudo con la DUI en la cabeza. (DUI, declaración unilateral de independencia)
-Uy! lo que me ha dicho…
     Dicho y hecho. Aunque entre los dos haya un gran trecho.
     -Dispara! vamos, dispara!
     -Tú primero!
   Estaban en zugzwang, el primero que moviera ficha perdería la partida. Al menos eso era lo que pensaban.
Ninguno de los dos conocía las reglas que no habían sido acordadas. Normal, porque las reglas eran un tanto ambiguas. Por ejemplo “donde dije digo no dije diego pero diré lo que diga sin que nadie me lo tenga que decir”, esta regla estaba clara pero ninguno de los dos sabía a quién le tocaba decirlo primero. O cuando se confundían al manipular los hilos de los títeres al darse cuenta de que las marionetas eran ellos mismos. Lo que sí sabían era mentir compulsivamente mientras sacaban pecho no sabemos bien por qué.
   -Al ataqueeer…! se oyó el grito de Chiquito de la Calzada, algún gracioso.
    Y al abalanzarse el uno contra el otro, los dos iban perdiendo las plumas por el camino…
(…/… continuará…)

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