miércoles, 27 de septiembre de 2017

1411 (X 27/9/17) España, estado federal? (II)

Una vez que vimos la diferencia entre estado federal y confederal, ahora podemos tocar un punto concreto. Qué es lo que de verdad los diferencia?
    La diferencia estriba, lo siento, en quién maneja la pela. Veamos: La educación, la sanidad, los servicios públicos y sociales…, todo eso está muy bien, son importantísimos. Pero el dios actual por el cual uno mata y muere es el dinero. Lo que al gobierno le interesa es el poder, pero el poder se materializa principalmente en el uso del dinero. Y entonces podemos simplificar diciendo que el Estado federal recauda los tributos de los ciudadanos y cede parte de ellos a los estados federados mientras que en el estado confederal son los federados los que imponen y recaudan los tributos de los cuales ceden una parte al estado confederal. Capito? Así de sencillo.
   Sencillo de entender, pero muy difícil de practicar. A mí me da igual la estructura y superestructura que pudiéramos adoptar en la forma de gobierno, lo que me interesa es la gente. Que seguiríamos igual. Y que se apuntara Portugal. Pero ¿podéis imaginar en nuestra España de hoy que la derecha aceptara que las CC.AA actuales devinieran en estados confederados “soberanos” asociados dentro del Estado soberano español? 
   Así pues, si los vascos recaudan sus tributos, un estado confederal español implicaría que ese mismo sistema lo siguieran todos los demás estados de España. Si quisiéramos que España quedara configurada como Estado confederal.
   El Estado confederal siempre se ocuparía de la moneda, la política monetaria, económica y financiera, el ejército, y la legislación de todos los temas pero con carácter general (de hecho muchas de estas competencias han sido cedidas a Bruselas), mientras que los estados “soberanos” confederados serían competentes en la legislación concreta y gestión de los servicios públicos (educación, sanidad, etc.) y cualquier otro campo que no hubiera sido cedido expresamente a la competencia del estado confederal.
   Un mínimo de control sobre las competencias de los Estados confederados habría que reservárselo al Estado confederal. Un ejemplo ayudará: la educación sería competencia de cada estado “soberano” confederado pero la legislación básica, competencia del estado confederal, regularía la vigilancia del adoctrinamiento que pudieran practicar los estados confederados para asegurar una enseñanza laica, científica y no-sesgada como la que se ha venido impartiendo en los últimos años al niño catalán. 
    Si lo que se pretende es configurar a España como un Estado federal, eso ya los somos. Si lo que se pretende es compartir soberanías y configurar España como un Estado confederal, el tema entonces no parece fácil.

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