Son varias las acepciones de este
concepto, desde las prestaciones a los ciudadanos por la Administración pública
(sanidad, educación…) hasta los taxis o inodoros de los parques. A ninguno de
ellos nos referimos aquí. Se trata de los servicios públicos en cuanto
“entidades” que prestan estos servicios.
Ya es hora de que los suministros de agua
y de luz, por ejemplo, sean realizados por Entidades de Servicios Públicos. Las
posverdades del neoliberalismo
vigente sobre la creación de riqueza mediante los privilegios a los ricos (sus beneficios y rebajas de impuestos se traducirían automáticamente en nuevas inversiones y creación de nuevos puestos de trabajo, je! nunca, nunca, jamás, ha ocurrido eso), o la
disminución de los costes y consiguientes bajos precios por el suministro
privado del agua y de la luz (jé!), o la mejora de calidad en los servicios
sanitarios externalizados (jé!), todas ellas totalmente interesadas y falsas, ya no se las cree
nadie a no ser que sea imbécil o interesado de mala fe. Eran solamente eso:
posverdades, puras y duras mentiras o falsas justificaciones con las que se
consiguen réditos políticos. Lo de la luz clama al cielo. Las ganancias a
espuertas que están acumulando y llenando los bolsillos de sus dirigentes a
costa de matar de frío a los más indigentes cae de lleno en el código penal.
Este tema no se cerrará si no se procesa a los responsables (incluidos
ministros de Energía) de este insoportable desaguisado de los últimos años.
Y no es que yo esté por las
nacionalizaciones. Acepto la economía de mercado y la Banca privada. Pero no se
les puede dejar auto-regulados. Ambos necesitan una regulación que les obligue
a funcionar como tales, como mercados y como bancos. Dejarlos a su aire les
permite campar por sus respetos formando oligopolios, dumpings y todo lo que
sea conveniente para medrar a costa de lo que haga falta.
Los bancos, por ejemplo, de quién son? quién
manda en ellos? quién se enriquece a costa de abusos y malas prácticas? Desde los
años 60 Galbraith ya supo ver que las multinacionales no son propiedad de sus
accionistas sino de sus ejecutivos. Estos se hacen millonarios mientras los
pequeños accionistas aceptan pasivamente lo que una minoría les imponga. Si sus
gerentes encima son accionistas, el resto ya es que ni abre la boca. Esto hay
que reestructurarlo. Y hay que limitar la libertad de que disponen para cobrar
comisiones, imponer condiciones contractuales, establecer intereses de demora
usurarios…
Hay que recuperar el sentido y prestigio
de los Servicios Públicos, desde la Sanidad a la Educación pasando por el transporte,
la Educación, la Salud… Y en cuanto a la luz y el agua, por favor, los de la
oposición, expropiadla y reguladla, ya. Pero ya!
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