Ha nacido una revista, La Madeja, que vivamente os
recomendamos (click aquí.) En su número 6 trata de los Cuidados y en
su última página Celia García López escribe un grito feminista: “Huelga de
cuidados”, a lo Lisístrata ateniense de Aristófanes (ya llegará después la Asamblea de Mujeres),
como sigue:
El único camino para la revolución total es la huelga de cuidados. Sí,
compañeras, es la huelga de cuidados. Muchas de vosotras os preguntaréis qué
queremos decir con esa expresión, muy sencillo, compañeras, muy sencillo,
¡basta de limpiar las almas y las casas de los hombres que nos rodean, basta de
estar disponibles, basta del servilismo en el hogar, basta de acompañar
emocionalmente al hombre explotador!
Sin nuestro trabajo este sistema injusto
no se perpetuaría, y qué nos dicen, compañeras, ¡eh!, qué nos dicen, que
nuestro trabajo no vale nada, que es natural, que nos quejamos demasiado cuando
son ellos los que se rompen la espalda o la cabeza, según la clase, para
intentar complacer nuestras necesidades. Y qué les vamos a decir nosotras, que
¡basta ya! El único camino para la revolución total es la huelga de cuidados,
¡compañeras! No hay otra salida. El único camino para la transformación real de
la sociedad, para la igualdad y el respeto entre los sexos, para que de una vez
por todas se valore el trabajo de las mujeres. Un trabajo que, no olvidemos,
compañeras, permite que todo lo demás sea posible. El único camino para el fin
del capitalismo, y de sus mecanismos perversos de dominación es dejar de hacer
lo que hacemos cada día, desde que nos levantamos hasta que apagamos la luz de
la lámpara de nuestra mesita de noche. Amigas, compañeras: huelga de cuidados,
vamos a dejar de parir, de repartir sostén, alimento, hogar. Compa- ñeras,
basta ya de seguir perpetuando la dicotomía entre público y privado; lo que
pasa en nuestras casas, en nuestras camas, en nuestras cocinas tiene la misma
importancia política que lo que pasa en los despachos o en la fábricas…
Compañeras, basta ya de ser cómplices de este sistema que nos relega a
ciudadanas de segunda, cuando sin nosotras la vida no sería posible. El único
camino para la revolución total es la Huelga de Cuidados, ¡compañeras! Ha
llegado el momento de dejar de alimentar la maquinaria que sostiene esta forma
de vida, que legitima el odio y el sexismo, la desigualdad y la jerarquía.
Compañeras, no podemos dejar que esta violencia real y simbólica siga
apoderándose de todo. Tenemos derecho a decir que nuestra obligación no es
alimentar, criar, planchar. Tenemos derecho a decir que eso también es un trabajo
y tenemos derecho a exigir un sueldo que lo dignifique dentro de la lógica
capitalista, mientras acabamos con este sistema económico, el del odio y el
desdén.
Celia García López glup!
Lisístrata arenga a las mujeres atenienses a negarse a copular con sus maridos... |
Celia García López glup!
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