viernes, 26 de febrero de 2016

1164 (V 26/2/16) El euro europeo

Cada día son más los que protestan por la imposición del euro y claman por una soberanía monetaria, recuperando cada país sus monedas locales para poder defenderse mejor de las crisis económicas, llegando a devaluarlas cuando sea necesario. Yo mismo en este blog ya denuncié abiertamente, hace tiempo, que si el euro que utilizamos no es un euro europeo sino alemán, deberíamos pensarnos seriamente si nos interesa seguir dentro de él, vide posts 560.3 del 10/1/2013, ó el 552.2 del 2/1/2013, ó el 534.3 del 14/2/12.
     Sin duda una de las medidas más europeísta, más esperada por los europeos, que más podía hacer por la cohesión europea, fue la moneda “única”. Pero el tiempo nos despertó y nos hizo descubrir la trampa de una moneda que, pareciendo única como unidad de cambio, paga distintos tipos de interés según el país de que se trate (no otra cosa es la prima de riesgo). Y, en lugar de dar fluidez al sistema, lo que hace es aprisionarnos en una red que nos asfixia al haber entregado a unos ladrones y estafadores extranjeros nuestra soberanía fiscal y financiera. Uno de sus efectos es que, al no poder hacer frente a nuestra Deuda y a nuestra crisis financiera con nuestros propios recursos monetarios, lo que implicaría cintura y flexibilidad para el regate en el mercado de capitales, tenemos que devaluar los salarios en lugar de la moneda. Hemos supeditado la economía al mercado financiero.
      Queremos un euro común? Claro! Pero un euro europeo. No éste. Este, no. Sin embargo la red creada es tupida y difícil de romper. No sería fácil salir de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario