viernes, 30 de enero de 2015

1030 (V 30/1/15) El escándalo de la Sovaldi

En relación con el tema de Sovaldi, que comentábamos ayer, no podemos resistirnos a citar una publicación “Déficit”, de J.J. Millás sobre este tema, para quien los enfermos de hepatitis C, entre otros, “son ahora mismo la carnaza que hay que echar cada día a la industria farmacéutica para calmar su sed de plusvalía”. El periodista escritor lo dice así:


   El tamaño del Estado, si le preguntas a Rajoy, te dirá que debe ser lo suficientemente grande como para atender a las necesidades de la banca corrupta, pero no tanto como para abrir los oídos a las demandas de los enfermos de hepatitis C. Como cualquiera entiende, eso es un contradiós, porque lo que nos tendríamos que gastar en Sovaldi, comparado con lo que se han llevado los bancos, es pura calderilla. Aquí teníamos hasta hace cuatro días un pedazo de Estado que entre unos y otros han dejado en los huesos. No hay más que ir recopilando lo que se llevó este de la caja porque sí; aquél, por la indemnización; el de más allá, por si las moscas… Ponemos todas las cifras, una debajo de la otra, en forma de columna, rematamos su base con una rayita horizontal y empezamos a contar con los dedos. Verán ustedes, sale una fortuna, y eso dejando fuera los aeropuertos inútiles, los apeaderos intempestivos y la evasión fiscal legalizada. Sale dinero como para construirse un Estado con vistas al mar. Así como se puede hacer la cuenta de la vieja de lo que nos han robado, se puede hacer de lo que no nos han devuelto en salud, en dependencia, educación, pensiones y servicios ciudadanos en general. Al extraer la diferencia entre ambas sumas, se comprende que el déficit es ideológico. Y si es ideológico, mal asunto porque los enfermos de hepatitis C, entre otros, son ahora mismo la carnaza que hay que echar cada día a la industria farmacéutica para calmar su sed de plusvalía.

N/B: Como continuación de la nota a pie de página de ayer en la que exigíamos la dimisión de Monedero en Podemos, si la información de El País sobre el falseamiento de su curriculum resultara correcta, no nos duelen prendas en corregirlo como sigue: "Si Monedero fue profesor en México y Berlín, como parece que es lo cierto, en ese caso no mintió sino que es El País quien irresponsablemente miente. Y encima en primera plana!", que he tuiteado ayer.

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