Los de la casta llaman populistas a los que no piensan como ellos, roban
como ellos, mienten como ellos; a los que dicen
verdades como puños, lo que la gente quiere oír, sí (cómo no lo van a querer
oír, si son de sentido común, y elementalmente justas y necesarias), a los que
vienen decididos a pegarles la patada en el trasero para que dejen el sillón.
En este sentido, Justo
Rubio, escribe desde Zamora en una carta al director de un periódico: “No es
populismo, sino justicia social”:
Por qué lo llaman populismo
si, en realidad, lo que se quiere decir es justicia social. Por qué lo llaman
populismo si semejante término ni siquiera está registrado en el diccionario de
la Real Academia. Es increíble; hay “populismo” en Reino Unido con el partido
UKIP, en Grecia con Syriza, en Francia con Marine Le Pen, en Italia con el
Movimiento Cinco Estrellas, en España con Podemos y hasta en Estados Unidos —lo
dice este diario— con “el nuevo populismo” de la senadora demócrata Warren;
quien, por cierto, como casi todos los “populismos”, lo único que predica es
justicia social: que las grandes corporaciones económicas dejen de actuar en el
Senado como lobbies para obtener beneficios y exenciones fiscales.

Entonces, ¿a qué viene amenazar a la opinión pública con que vienen los
populistas? (esta palabra sí existe). ¿Acaso abogar por los intereses de la
gente común es algo peligroso?
Otra cosa es que, llegados al Gobierno,
si es que llegan, quieran o puedan cumplir sus promesas.
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