Extracto del artículo de Pablo Ordaz, del 4.12.14, tal cual, sin comentarios añadidos:
Cardenal George Pell |
Por orden del papa Francisco, el cardenal australiano George Pell,
prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede y arzobispo de Sidney, empezó
a hacer zafarrancho en el IOR y descubrió que, en contra de lo que en un
principio se temía, el banco no estaba en peligro de bancarrota (24 millones de
déficit). “De hecho, hemos descubierto que las cuentas están mucho más sanas de
lo que parecía, y esto es porque algunos cientos de millones de euros habían
sido escondidos en cuentas particulares que no habían aparecido en el balance”.
Pell admite que, durante décadas,
personajes “sin escrúpulos” se han beneficiado de la “ingenuidad
financiera” del Vaticano para blanquear dinero sucio… En el Borgo
Pío, el barrio anexo al Vaticano donde los cardenales solían darse a la buena
mesa, el papa Francisco instauró el menú del día… Las distintas familias de la
Iglesia son más celosas del secreto bancario que del de confesión.
“De
la misma forma que los reyes permitían mano libre a sus gobernantes regionales,
príncipes o gobernadores con tal de que los libros de cuentas estuvieran en
equilibrio, así hacían los papas con los cardenales de la Curia (y como hacen todavía
los obispos diocesanos)”. Un desbarajuste que algunos, como el ya célebre
monseñor Nunzio Scarano, detenido en junio de 2013 por blanqueo de capitales,
supieron aprovechar muy bien…
- Blanqueo de dinero…! negro...
- O sea, que aquello del
Domund para los negros…
- Je je…
- Me parece a mí que a este
Papa no van a permitirle morir en la cama.
- Digo yo… que deberían
canonizarlo…, en vida, no?
- Qué dices? El no querría.
No ves que entonces lo meterías dentro del sistema?
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