lunes, 5 de mayo de 2014

898 (L 5/5/14) Más maderaa…!!!


Al igual que el rey Midas convertía en oro todo lo que palpaba, nuestro ministro de Justicia convierte en detritus todo lo que toca: reforma la Justicia y le rechazan hasta los propios jueces, por no hablar del pueblo llano que se inhibirá con motivo de las tasas; reduce la jurisdicción internacional y salen a pala los narcotraficantes de nuestras cárceles; indulta los colegas del partido o amigos de sus hijos y no tiene ni que dar explicaciones; aforan a 10.000 próceres y con ello limitan su enjuiciamiento a tribunales superiores cuyos miembros son nombrados por el gobierno, blindando la impunidad consiguiente... Por no hablar del aborto... Una perla de ministro, sí, señor, como por lo visto nos merecemos (por haberles votado, por supuesto).
      No hace falta añadir más a lo que ya se ha dicho sobre la barbaridad del proyecto de ley sobre el aborto. Pero ello no nos impide complementarlo con las aportaciones de la escritora Laura Freixas, que no tiene desperdicio, sobre la prostituta, la madre y el padre:

Respecto a la primera, el proyecto contempla el aborto a la mujer violada. No es fruto de violación el embarazo no deseado de una prostituta? Las mujeres de la clase extractiva no se prostituyen (públicamente) pero pueden ser violadas. De ahí que sólo esto les preocupe. “Los mismos diarios que en nombre de la moral católica claman contra el aborto, no tienen inconveniente en publicar anuncios de “contactos”. Y si de resultas de esa actividad las prostitutas se quedan embarazadas, que se las arreglen”.
Respecto al padre, ni siquiera es mencionado en un texto que sólo trata de los derechos del nasciturus y de la mujer embarazada. “El mismo anteproyecto que pretende obligar a la mujer, contra su voluntad, a ser madre, no impone al padre responsabilidad alguna… El papel de padre es voluntario…, el de la madre, obligatorio… Si la mujer se negó a la relación sexual, podrá abortar. Pero si tuvo relaciones sexuales voluntarias, y se quedó involuntariamente embarazada, que cargue con el embarazo, el parto y la maternidad. Es la vieja división de las mujeres en dos grupos: las castas, dignas de respeto, y las putas, a las que se castiga”.
         Y qué decir de la madre? Ella tendrá que criarlo y mantenerlo hasta los 18 años, mientras que la actuación del padre se mantiene voluntaria. La madre no tendrá derechos pero sí todas las obligaciones durante esos 18 años. Y a punta de pistola: el abandono del menor constituiría delito penado con la cárcel.

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