Desde el comienzo del ejercicio del actual Gobierno venimos avisando sobre
su talante autoritario convirtiendo a los policías en sicarios, lo que se ha
confirmado a pies juntillas con el proyecto de la nueva ley de seguridad
ciudadana.
Ya en la entrada 538 del 18/12/12 decíamos textualmente:
“Se nos llena la boca de grandes palabras, como por ejemplo “derechos
humanos”, mientras saqueamos a los débiles, aporreamos a los manifestantes,
adoctrinamos a la población civil y blindamos con la impunidad a los
delincuentes indultados.
Por ejemplo, el personaje que luce (lucía) como
Consejero del Interior de la Generalitat. 1) ya empezó su comisario
identificando al ciudadano como el “enemigo”; 2) cuando le denunciamos por
infiltrar policías entre los manifestantes pacíficos para alborotar y con ello
justificar “reacciones” violentas de la policía, primero lo negó, como hace
siempre, luego buscó algún motivo extraño entre los astros y al fin, al ver en
un reportaje de la tv que un encapuchado les gritaba a los polis “eh! que soy
vuestro compañero!”, lo justificó porque eso es algo que hacen todos los
policías en todo el mundo, para “controlar a los manifestantes” y tener una
quinta columna entre el enemigo; 3) forzó al gobierno central a indultar a 4
mossos torturadores grabados in fraganti por la cámara de la comisaría (pero no
me jodáis tíos, tened más cuidado la próxima vez, joé); 4) le sacan un ojo a
una muchacha, Esther Quintana, y perjura que los mossos en esa zona no
dispararon…, pero al ver en un reportaje televisivo que sí que dispararon, joé
que si dispararon, entonces se sale el nota con el disparate de que le daría un
golpe con algo alguien que pasaría por allí, o una porra “de rebote”!; 5) la
misma estupidez para explicar los golpes al menor que tuvieron que suturarle 7
puntos en la sien, también sería “una porra policial que rebotó en el suelo”;
6)… vale la pena seguir?
No es de extrañar que, del brazo del
ministro del Interior, se quejaran de las cámaras que graban a los policías
golpeando al personal, eso es trampa, así no hay quien pueda sacudir
impunemente a mujeres, ancianos y desvalidos, habrá que prohibirlas como sea. Y
en cuanto al nota, como él también cobraba del caso Palau (una prenda, vamos),
cualquiera se atreve a tirarle de la manta.
Y a
estos mamonazos les seguimos pagando su sueldo tú y yo, tú y yo.”
Pero no conviene exagerar. No es verdad que esta policía sea tan
franquista como la que nos reprimía en tiempos del General. Ahora no son tantos
los ciudadanos que mueren a palos a manos de lo policías. Y en cuanto a los
manifestantes solamente nos van dejando tuertos.
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