En su odiosa comparación con Barcelona, el
mar (puerto y playa) que le falta a Madrid lo compensaba con un exceso de catetismo
que se materializaba en los trileros que ocupaban sus esquinas. Pero Madrid ha
cambiado. Ahora Barcelona le parece a muchos paleta por su nacionalismo
mientras que Madrid ha ganado fastuosidad quasi-neoyorquina en su mobiliario
urbano: freakies, mendigos, gentes de
todos los colores… y orines por las esquinas. Madrid huele a meaos. Hay meadas nocturnas que dibujan
su seco recorrido en la cuesta del Moyano, en los alrededores de las estaciones
de trenes y autobuses, y hasta en el centro nuclear de la ciudad. Ya no
salpican al chapotear en ellas, pero apestan.
Por otro lado echo de menos, cómo no, lo que me falta, como ocurre con
las terrazas del paseo de Recoletos que se han rendido servilmente ante el
Gijón y el Espejo. Y me sobra esa extensión territorial desmedida a los cuatro
puntos cardinales donde ha perdido el Norte.
Lo que no quita para que Palas Atenea luzca en la terraza del Círculo de
Bellas Artes, la Gran Vía (Broad Way)
aguante su candidatura a Big Apple, el Retiro se siga engalanando con títeres y
músicos el domingo al mediodía, y el Grupo Yllana me deleite en el Alfil de mis
amores. Pero este teatro merece entrada aparte y se la daremos mañana.
Gracias, Amelia, por enriquecer el texto con nuevos y sabrosos sabores. Ya sólo nos falta el postre.
ResponderEliminarMe llega este otro comentario de un Anónimo :
ResponderEliminarEl texto de hoy parece un video de un turista con olores incluidos. Me piace.
Pues sí, no hay espectáculo más "bello" que ver a un hombre -que siempre es un hombre- meando en una esquina, en una mano el bálano y con la otra mano sujetando un smarphone de esos, ese MOMENTO de asir el máximo poder de comunicación y de "meación" como una prolongación de la boina y el cayado en el tiempo. ¡ah, cómo hemos cambiado! Hago un esfuerzo, viajo al futuro, nos vemos en un un bus que va por cima de la gravedad terrestre y hacemos un paseo espacial, lo primero que se nos ocurrirá será echar una meada, ¡espacial! ¡especial!, luego caerán los meoteoritos. I'm sorry, mea culpa.
ResponderEliminar