La estupidez humana es tan miserable y
penosa en el plano individual como hilarante y patética a nivel colectivo. Digo
esto al enterarme de que el Ayuntamiento de París está estudiando qué medidas
tomar para evitar que se hunda el puente de los Candados, antes puente de las
Artes, que lleva al Louvre, sobre el Sena, debido al sobrepeso de los miles de
candados que los enamorados se han empeñado en colgar de sus barandillas. Menos
mal que al menos las llaves las tiran al río. Por si no tuviéramos bastante con
la romería de la Virgen de El Rocío en la que quiere apoyarse la Ministra del
Desempleo para corregir el paro. Al menos en la Fontana di Trevi pueden recogerse
las monedas que, arrojadas de espaldas, aseguran buena suerte y el cumplimiento
de un deseo.
"Anónimo" nos manda el siguiente comentario: Cada candado, moneda, plegaria, es el depósito del miedo a vivir. Vivir no contempla la garantía de que alguien nos querrá siempre o a tener holgura financiera. Y ese gesto de "echar la moneda a la fuente" es como liberarse de la carga de responsabilidad
"Anónimo" nos manda el siguiente comentario: Cada candado, moneda, plegaria, es el depósito del miedo a vivir. Vivir no contempla la garantía de que alguien nos querrá siempre o a tener holgura financiera. Y ese gesto de "echar la moneda a la fuente" es como liberarse de la carga de responsabilidad
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