Lucía Etxebarría, hija de vascos como su
apellido indica, es natural de Asteinza (Valencia) donde nació en 1966 y de
donde escapó para trabajar de camarera en Madrid. Podría haberse ocupado en
alpinismo, en espeleología, o en trabajos en la Antártida, buscando nuevos
horizontes y la aventura, pero se metió en algo más arriesgado todavía: en el
alma humana, que no otra cosa es armarse de la pluma o el PC para escribir
ensayos o novelas. Antes se hizo filóloga. Lo extraño es el giro que ha tomado
últimamente su viaje: haberse metido (y escapado a todo gas, a la francesa) en
programas telemierdas como Sálvame de
luxe o el reality Campamento de
verano. Si no demanda a la cadena de tv por acoso es por lo altas que han
subido las tasas procesales.
Lo hizo por dinero? “Me pagaban por una
semana (30.000?) más que lo que ingreso por una novela en dos años”. Pero no
parece que le hiciera mucha falta después de haber ganado premios literarios
tales como el Nadal en 1998, Primavera en el 2001 y hasta el Planeta en el 2004.
Bisexual (real o pretendido, en todo caso enriquece), su periplo vital y
literario incluye tormentas como acusaciones de plagio, alguna de las cuales
resuelta por conciliación extrajudicial, o sea que sí. O problemas con Hacienda
o escándalos mojigatos por aparecer desnuda en alguna revista. El premio Barcarola se lo dieron antes de haber
presentado su trabajo. Qué tejemanejes utilizaría tras los bastidores? (o las
bambalinas)
No conozco a Lucía. Confieso que me gustaría. Pero tanto ruido y truculencia
me suena a un discurso vital de alguien a quien no se lo han puesto nada fácil.
Por eso me cae bien.
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