En el tema de los ilegales sobresueldos de los altos cargos del PP durante los últimos 20 años, e independientemente
de los cargos penales en que se puedan incurrir por esta práctica,
queremos resaltar los siguientes rasgos de los políticos implicados:
-mentirosos.
Lo que exige su inmediata dimisión. Por falta de dignidad, por
insulto y desprecio a la ciudadanía, por aplicar el perverso
principio de que “el fin (el éxito) justifica los medios”. Por
la consiguiente falta de credibilidad. Por la falta de legitimación
que les da para gobernar.
-parásitos.
Especialmente grave en momentos como los actuales de penuria de las
clases menos favorecidas y más castigadas por la propia política
del gobierno. Su afirmación de que están en la política por
vocación de servicio, y no por forrarse de pasta gansa, resulta
patética. La dimisión debería acompañarse con escarnio y patada
en el trasero.
-delincuentes.
No sólo por el acto, cualesquiera que sean sus circunstancias, sino
por el origen de los fondos que, siendo públicos (malversados),
provienen del cohecho y consiguientes comisiones por adjudicaciones
en subvenciones y contratas ilegales y con sobreprecio.
-financiación
ilegal de los partidos,
que se nutre en gran parte de estos fondos.
-evasores
fiscales.
Al no declarar estos ingresos, se trata de dinero negro.
-opacos.
A la vista está, que lo niegan. Para evitar contradicciones en sus
respuestas, no aceptan preguntas de periodistas, y a esto lo llaman
transparencia: el partido más transparente de la historia de España.
Ya puestos…
P/S: Cayo Lara inventa un nuevo término para la competencia ilegal entre partidos políticos, el de dopaje. Y lleva razón. Los que tienen más fondos, sobre todo si son de origen público, no sólo tienen ventaja (ilegal) para gastos de campaña y demás, sino que pueden utilizarlos (y lo hacen) para comprar votos y para atrapar a un clientelismo político. Pero el dopaje no era ilegal?
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