El motivo real del recorte
de las pensiones
Lo tenían claro antes de
formar gobierno. Privatizar las pensiones estaba dentro del kit
global neoliberal no sólo por coherencia con el paquete ideológico de este
gobierno sino porque el pastel es muy apetitoso para las Compañías de Seguros
que no van a soltar la presa. Pero como una privatización abrupta dejaría
claros los intereses bastardos que amenazan el sistema actual de pensiones, la
revisten con máscaras técnicas de comisiones de expertos ad hoc que produzcan informes encargados ad hoc sobre los cuales apoyar el saqueo con el mantra repetido: no hay más
remedio que hacerlo, no podemos hacer otra cosa. Y lo dicen basándose en datos
económico-sociales de dentro de 20 años cuando resulta que no saben predecir ni
siquiera los datos del mes que viene. Bajo la excusa de que el cambio lo
acometen para hacer el sistema sostenible, lo que realmente quieren y
van a hacer es destruirlo.
Es posible que el sistema
esté en crisis y haya que modificarlo. Pero habría que hacerlo con prudencia,
con calma, sin prisas, y con una gran consenso como lo hicieron en el pacto de
Toledo. Y no confundiendo el tema como uno de mera capitalización sino de lo que realmente es, de un tema de solidaridad. Solidaridad que, si fuere el caso, podría y debería ser apuntalada en
los presupuestos generales del Estado. Pues no podemos aceptar el dogma de
hacer de todo un mercado con el único parámetro de la rentabilidad (económica)
Son muchos los rasgos de
este nuevo expolio que lo delatan como saqueo que es, pero por ahora bastará
con estos dos: uno, el abuso de la mayoría absoluta para no someterse al
consenso necesario mediante un debate público donde podría quedar de manifiesto
su perversa motivación; dos, para asegurarse el éxito mediante un informe que
niegue otra salida, el comité de expertos se compone de doce elementos, tres de
los cuales pertenecen al sector de las Compañías aseguradoras (!), tres de la
banca…, etc. Asesorados por algún director de escena simulan que hay diversidad
de opiniones en su seno pero, eso sí, con un plazo límite de una semana para
redactar un documento que hace tiempo que ha sido redactado.
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