1. Con la música a otra parte
Wert es no tiene desperdicio. Primero fue
eliminar la asignatura de Educación Cívica, luego recortó las becas del Erasmus (tan necesarias para crear desde
joven una Europa cohesionada), ahora quiere evangelizar (perdón, españolizar) a
los niños catalanes, con lo cual parte de la base de que no son españoles, habiendo
antes segregado los niños de las niñas, esquilmado los gastos del presupuesto
de la enseñanza pública y herido de muerte los conservatorios de música. Este
mentecato del Opus es un asesino compulsivo de todo lo que pueda ser útil para
la cohesión social. Y anda suelto. (No estaban en Irak las armas de destrucción
masiva sino en su ideología).
Recordemos
que sustituyendo la enseñanza pública por la privada matan varios pájaros de un
tiro, pues al tiempo que abren el mercado de la enseñaza como negocio, segregan
los hijos de los ricos del resto de la chusma que ve reducidas sus becas y no
puede permitirse pagar los altos costes de las matrículas.
Figurábamos, hasta ahora, en la
cabeza de Europa en la cantidad de escuelas de formación musical. 280 públicas
en toda España, para un total de 265.000 estudiantes. Nacieron con la LOGSE en 1992. En Suecia
estudia música el 4% de la población contra el 0,48% entre nosotros. Y
contá(ba)mos con 15.000 profesores contra los 47.000 de Alemania. Suiza ha
elevado la educación musical a derecho básico en su Constitución.
Los estudiantes de música sacan
mejores notas en las demás asignaturas, lo cual es lógico si se entiende que la
práctica musical fomenta la cooperación, el esfuerzo, la autovaloración, la
disciplina, el aprendizaje en grupo, el trabajo en equipo (el que destaca del
grupo “da la nota”, desentona), no hablar cuando el otro habla, la creatividad,
la socialización, la cohesión social… por no hablar del empujón al nivel
cultural de los barrios y sobre todo la democratización de la música que hasta
ahora era privilegio de las clases altas. Y ahí les duele. No soportan que
cualquiera pueda acceder a lo que “desde siempre” fue para la elite un rasgo
distintivo, un signo de distinción social. Pues bien, así la cosas, Madrid con
13 centros de este tipo ve recortados sus gastos un 100% lo que ha obligado a
retirarse a un 40% de los alumnos. (Ana Botella ha cedido estas escuelas para
su gestión a centros privados concertados, les suena?). Lo mismo ocurre en
Valencia.
Cómo puede resultarnos diwertido ver a
Wert arrojando nuestro capital cultural a los contenedores de wertidos
residuales!
2. Reforma de la ley electoral
El último sondeo de Metroscopia nos informa
que más del 80% de la población, tanto del PP como del PSOE y de todos los
demás partidos, más del 80%, repito, clama por una reforma de la Ley Electoral para aumentar la
participación del ciudadano en la
política, mediante listas abiertas y
escaños proporcionales a los votos obtenidos, así como la limitación a 8 años
de los cargos elegidos en primarias abiertas a militantes y simpatizantes. Ya
está bien que sea más eficaz e importante conocer al que hace las listas que a
los votantes. Ya está bien de corruptos e ineptos que comen la sopa boba por
ser parientes, amigos o militantes. Ya está bien de que la tasa de paro sea de
un 25% en la población y del 0% en el
entorno de los políticos. Otra exigencia por el 60% es convertir el Senado en
una cámara territorial. En cuanto al rescate de España por la UE 1/3 no lo cree necesario,
otro 1/3 lo duda y aconseja esperar a verlas venir a ver qué pasa, y el 1/3
restante urge a pedirlo ya.
3. Internet irracional
Internet como herramienta cultural ha
sustituido al Reader Digest como
instrumento de adquisición de cultura en pocas semanas. Cualquier cosa leída en
la red se considera fuente de autoridad, bien fundada, por más que ni siquiera
se conozca al autor ni se haya contrastado, no digamos falseado (o falsado,
como manda Popper) ni se haya barajado el número de las necesarias variables
que en todo método científico es elemental. Sin base científica, pues, se da
crédito absoluto a lo leído en su púlpito, lo que nos sitúa en el campo de la
fe. Sustituye así a la religión, perteneciendo al mismo campo irracional, por
lo que es especialmente utilizado por adolescentes, mentes simples o
aficionados al esoterismo y otras prácticas banales falsamente intelectuales.
Su simpleza espiritual se complementa con el plagio fácil y la impunidad en las
injurias y calumnias (por ejemplo este mismo blog cuando trata de miembros del
gobierno).
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