1. El GPS
No son como vosotros y como yo. Es Krugman quien lo dice, en su artículo de esta semana. La diferencia consiste en que esperan de nosotros un grado de deferencia, el mismo que nos niegan a nosotros. Pues piensan que son mejores que los demás. Es por eso que los empresarios a veces no invierten como debieran, o sería razonable para sus arcas: porque en esos momentos no se sienten suficientemente halagados, que es su motivación, y se les baja la autoestima. El egocentrismo, que todos practicamos y necesitamos en mayor o menor grado, en el caso de los ricos es patológico pues delata su debilidad psicológica y consiguiente complejo de inferioridad. Sus efectos son perniciosos, a saber, que no soportan que las normas que se aplican a otros también se les quiera aplicar a ellos. Hasta aquí el economista profesor de Princeton. Sirva de ejemplo la ex-presidenta de Baleares condenada por cohecho y otros delitos, que se atreve a opinar que los delitos económicos no deberían ser delitos, o al menos que no se los aplicaran a ella. "Podría haberse exiliado en un jet de oro macizo", "pero entonces no podría volar", "cómo que no! a los ricos no se nos aplican las leyes físicas". Y ahora añado yo: La necesidad de ser diferentes y halagados más que un complejo de inferioridad de los ricos es una patología que les incita compulsivamente a separarse de los indigentes, distinguirse de los pobres, con lo que se “explica” (inconscientemente?) que toman medidas para masacrarlos, hundirlos, ponerlos en su sitio, en el que les corresponde. Así se entiende que los políticos españoles vengan castigando a los más necesitados con ensañamiento, tanto más cuanto más necesitados: porque ellos son parte de esa clase dominante.

“Doctor, estoy perdiendo la memoria”, “olvídese de eso…” Cuando se pasa de los 60, o incluso de los 50, preocupan nuevas cosas que antes no nos afectaban. Alzheimer? demencia senil? es lo mismo? No me acuerdo bien pero creo que se pierde la memoria, como dicen que le está ocurriendo a García Márquez, y que por eso no escribe, y que se disipa el reconocimiento de espacios… De pronto, gasolinera a 2kms a la derecha…, lo oigo nítidamente, este GPS suena igual que el de Teresa y claro! tengo ya la alarma del
depósito encendida…, pero qué digo? se me va la olla, si yo no tengo GPS! Sobresaltado, aparqué en el arcén para buscar de dónde salía aquella voz. De dónde iba ser, de la radio. Era un anuncio comercial. Me lo vais pillando? O lo de ayer, dando un paseo por el pueblo…, que de pronto me percato de que no reconozco las calles ni ninguna casa. Asustado, me paro a respirar hondo. Y entonces me percato, claro! cómo lo iba a reconocer si es la primera vez que visito esta parte del pueblo donde nunca antes había entrado… Igual, igual que García Márquez. Pero yo no salgo en los papeles como él.
2. Los ricos son diferentes

3. Calvario
Joaquín Estefanía nos recuerda que Keynes recomendaba supeditar las medidas a largo plazo a las que tuvieran efectos inmediatos. En 100 años, todos calvos. Nuestra capacidad de predicción (en materia económica) es tan poco fiable que no parece prudente sacrificar una situación actual por una ventaja futura dudosa. Sobre todo si “ahorran en perejil para seguir inflándose a caviar”, que cabrea, eh? que cabrea lo suyo. Cuando el gobierno apela a los frutos futuros de su política actual macroeconómica olvida los cadáveres y heridos que va a dejar en el via crucis por el camino. Es posible que esto ayude a que proliferen marginados y poetas: La globalización distorsiona de tal manera nuestra mirada que acrecienta el tamaño de nuestra soledad al tiempo que nos achica el mundo.

La identidad es algo que cualquier ser humano recibe por el simple hecho de nacer...si convertimos la carretera de la vida en carrera, aplicando la metodología económica, embutiéndola sobre la naturaleza nos damos cuenta de varias cosas: la primera que no cabe, la segunda que si se oprime lo suficiente, cabe pero apesta con el tiempo, la tercera que pasado el tiempo, cabe,sigue apestando, pero ya no olemos...
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