sábado, 28 de julio de 2012

388. reflexiones y otros disparates del día (28/7/12)

Más comentarios llegados del exterior

1. Agravios y sinsabores
En Cartas al Director de El Pais, Jaume Palau Banús, de Tarragona, increpa a los diputados del PP: “Resulta abyecta la imagen del grupo popular jaleando a su presidente cuando este anuncia una nueva vuelta de tuerca para seguir oprimiendo —y exprimiendo— a los mismos de siempre: las clases media y baja del país. La vicepresidenta justifica el aplauso: “fue por esa decisión valiente de asumir las dificultades y pedir un esfuerzo a los ciudadanos sin disimulos y sin demagogias”. ¿Atacar a los más débiles es ahora una muestra de valor? ¿No sería mucho más justo, valiente y, por supuesto, eficaz, actuar sobre ese 1% que defrauda casi el 75% del total? ¿El gravar las rentas de capital y las SICAV antes que las rentas del trabajo? ¿El potenciar la economía productiva y el frenar la economía especulativa que lo único que genera es el enriquecimiento injusto de unos pocos al precio de la miseria de muchos? ¿El actuar judicialmente y con prontitud contra los financieros trileros y obligarles a que nos devuelvan lo robado con intereses de mora? Por el contrario se recorta el subsidio de desempleo para "incentivar" a los parados a "la búsqueda activa de trabajo" -añade con desfachatez Rajoy. Un trabajo que —por cierto— ni está ni se lo espera”.
2. Y otra sobre las preferentes de Nova Caixa Galicia
Celia Secades Hervás, sobre las disculpas de la Nova Caixa Galicia: “Puro márketing. La actual NCG, antigua Caixa Galicia ha pedido disculpas por vender productos tóxicos a sus clientes, productos no sólo de alto riesgo, sino también nocivos. Productos que vendían a sabiendas de que el banco ganaba sólo si el cliente perdía. Perdía quizás los ahorros de una vida, el dinero fruto de mucho trabajo y esfuerzo. Y lo vendían abusando de la buena fe de la gente, a sabiendas de que el cliente no era un experto en finanzas. Los que estamos desde hace años litigando contra esta entidad por sus malas prácticas, sabemos que, pese a sus buenas palabras, poco de esto se traduce en intenciones: sus abogados (carísimos, seguro, y que pagaremos todos los españoles con el dinero que les daremos ahora) paralizan los juicios una y otra vez, presentan recurso tras recurso, aducen todo tipo de incongruencias para alargarlos indefinidamente, esperando que se nos acabe el dinero o la paciencia. No vemos que vayan a devolvernos lo que nos han quitado. Pero eso sí: de cara a la galería y para no perder imagen, piden disculpas. Y aprovechan para pedir otro poquito más de dinero: el que teníamos en nuestra cuenta ya se lo han gastado."
3. El futuro como tapadera del pasado
Nos remiten la siguiente proclama para su publicación, algo que con gusto realizamos. El autor, Marcelino Flórez, tiene su propio blog: http://marcelinoflorez.wordpress.com/2012/07/16/la-ilegitimidad-del-pp/ 
          Walter Benjamín y Jorge Semprún coincidieron al diagnosticar que “las dictaduras generan el ‘mal radical’ de nuestros días… bajo la tapadera o justificación del ‘bien absoluto’ del mañana”. Pareciera que Rajoy hubiese bebido en las fuentes de este pensamiento la noche anterior a su toma de posesión del gobierno de España. Sufrid, nos dijo Rajoy, porque estamos construyendo la felicidad de vuestros hijos. Cuando tras las etapas de crisis resurge el bienestar consiguen dar la impresión de que lo han logrado los poderosos y no el sacrifico de las víctimas. Olvidados sus asesinatos, Hitler o Franco pasaban a ser grandes benefactores de la patria. Benjamin puso sobre la mesa a las víctimas para expresar la capacidad liberadora de la clase oprimida que lucha y se nutre de la imagen de los abuelos esclavizados, no del ideal de los nietos liberados. Las víctimas de los ajustes (personas paradas, trabajadoras de la empresa privada, funcionarias, pequeñas ahorradoras, pensionistas, pequeñas empresarias) tienen que convertirse en las protagonistas de la política y forjar la alternativa política. La ilegitimidad de los gobiernos autoritarios (el PP cae en ella cuando gobierna) comienza cuando se sirve del terrorismo, de la xenofobia y, sobre todo, de la crispación como método político para alcanzar el poder, así como con la utilización de la crisis económica que, mejor que nadie, describió el ministro de Hacienda antes de serlo: dejad que se caiga España, que nosotros la levantaremos. O sea, porque así, de esta forma, nosotros la levantaremos. En los meses que llevamos del gobierno de Rajoy, él mismo ha expresado su ilegitimidad al confesar públicamente “estoy haciendo lo que no quería hacer”. Y en efecto, está desarrollando un programa distinto de aquél con el que se presentó a las elecciones. A eso se le llama fraude electoral. Como también fue un fraude el de Rodríguez Zapatero cuando hizo girar su política 180º en el 10 de mayo de 2010, sólo que el actual es mucho más gravoso para la población.
          Del Partido Popular no se puede esperar nada. Lo prueba la chulería que está exhibiendo desde que obtuvo mayoría parlamentaria y ha reforzado esa prueba con los aplausos estruendosos con los que los diputados de la derecha recibieron los recortes en sede parlamentaria. Tres de sus mujeres han testificado esta ilegitimidad: la ministra de Trabajo, que envía ilegalmente noticia de documentos confidenciales que custodia a la prensa amiga; la presidenta de la Comunidad de Madrid, que se burla de la acogida a los mineros por parte de la población madrileña, y la diputada Fabra, que insulta a la mayoría social al grito de ¡Que se jodan!. Sólo hay una salida: que se vayan. Claro, que no se van a ir por más que las encuestas cambien de opinión. Por ello, hay que organizar un referéndum a través de la agrupación de todos los sindicatos y del máximo posible de movimiento social solidario, mientras se practica la desobediencia civil. Se impone la convocatoria de nuevas elecciones. Y aquí las personas perdedoras son las que tienen la palabra, los abuelos de Benjamín y no los nietos de Rajoy.

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