viernes, 24 de febrero de 2012

224. reflexiones y otros disparates del día (24/2/12)

En apoyo de Garzón, de la decencia y del sentido común




ánimo, tuiteros!
(esto no se puede dejar así)
difunfid por las redes!:

"Yo acuso y condeno al T.S. por prevaricación"
.
[Pero como carecemos de los instrumentos coercitivos y legales para inhabilitarles de por vida (la re-generación pasa por el cambio de generación) nos constituimos en tribunal popular, virtual y callejero a través de las redes para hacer pública nuestra condena y nuestra indignación]
Interesados en sumaros a esta propuesta, podéis asomaros aquí: 

1. Política judicial
Decíamos ayer… Lo de Gallardón. Un talante tan moderado y ahora resulta que es todo un depredador. Una cabeza tan preclara y ahora resulta que es cerril donde los haya. Pues no que confunde la independencia judicial, o sea la de los jueces en el ejercicio de sus funciones, con la pretendida “des-politización” del Consejo General del Poder Judicial, que no sólo es, y tiene que ser, político, sino que es uno de los tres pilares de los Poderes políticos del Estado. Eso es lo que pasa cuando se judicializa la política y se politiza la práctica judicial de manera que se haga posible el disparate de las últimas sentencias del Supremo o el dislate de judicializar el nombramiento de los miembros políticos del poder político que es el Consejo General del Poder (político) judicial. Pero qué le habrá pasado últimamente a este muchacho? cómo puede ser tan torpe que necesite ganarse como sea a los más radicales de su partido que ya empieza a mostrar rasgos de fundamentalista?
2. Presupuestos económicos
Económicos, sí, pero no por baratos. Si fueron los impuestos y su redistribución lo que dio origen al Estado y hoy da sentido a la vocación de los políticos (“no hace falta que me asigne dineros, señor, solamente póngame donde los haya”, que del resto ya me encargo yo), no es de extrañar que la ley de presupuestos sea el sistema central de la política, tanto el nervioso como el parasimpático o neurovegetativo, y su naturaleza comprenda tanto aspectos financieros como económicos y sociales, y por lo tanto políticos. Su promulgación anual y textura engorrosa permite a los gobiernos avispados colar de rondón otras normativas que no vienen al caso, pero ya puestos, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se meten en los artículos finales, y hasta en los transitorios, por lo que se han dado en llamar leyes de apaños, o acompañamiento. Si esto es así, que lo es, qué tiene de extraño que el gobierno central se encame con gobiernos locales a pesar de anteriores descarados encanallamientos? puro flechazo a primera cifra. Tú me ayudas a pasar el presupuesto y yo te ayudo a los tuyos, o si los tenemos repes, te lo cambio por unos estatutos o un silencio. Que se trata de la política, estúpido!
3. Hutus y Tutsis
Los hutus son (o eran, en los 70, cuando yo viajaba por el Africa negra) menos preparados, menos inteligentes (o eso parecían), que los tutsis. Y además, más bajitos. Cuando la opinión pública internacional, por influencia francesa, atribuyó las masacres de hutus a un genocidio de los tutsis, algunos (o muchos?) nos sorprendíamos de cómo puede engañarse a la gente y darle a la realidad, como a una tortilla, la vuelta del revés. El genocidio fue obra, en sus comienzos, de los hutus asesinando a cerca de un millón de tutsis, por puro rechazo étnico. El detonante para iniciar las masacres fue el asesinato en vuelo de su presidente que ahora se acepta que fue obra de los propios hutus, con connivencia francesa!, para “legitimar” sus matanzas de los tutsis. Como Ruanda y el Congo se hicieron “democráticos”, los hutus que eran más en número coparon los puestos del ejército y las armas, las mismas que volvieron contra sus envidiados tutsis, algo así como ocurrió con los serbios en Yugoslavia. A ver cómo lidia ahora con este tema el presidente francés que salga de las urnas. Porque algo tendrá que decir al respecto.

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