jueves, 15 de diciembre de 2011

165. reflexiones y otros disparates del día (15/12/11)

Por sugerencia de alquien que sigue este blog, se inicia la sección de
“Hoy jueves, globos en el blog”

1. Sin límites para la alegría
Acomodo mi casa de Sevilla para refugiarme en ella en el invierno y el fontanero, la luz, el nuevo calentador, el cerrajero acaparan mi tiempo poniendo en peligro mi cita con vosotros en el blog. Y como no tengo un minuto ni para leer el periódico, me limitaré a contaros mis pequeñas historias cotidianas, ésas que todos tenemos si sabemos apercibirnos de ellas, a ver si cuelan. Empezaré por el escaparate de 2 mts2 donde veo tres cachorros pasándoselo en grande, retozando alegres a más no poder dentro de ese reducido espacio, la felicidad está dentro, quién me engañó haciéndome creer que la libertad empieza más allá de los límites que nos imponen?
2. Cerveza en vaso de plástico (o la ninfa de la barra) 
Al llegar a la taberna restaurante una mujerona de buen ver, de poco más de cuarenta, morena y sonriente, pide en la barra: “una cerveza, en un vaso de plástico, por favor!”. Fascinado quizás por su mera presencia, no puedo evitar acercarme a ella y, a falta de mejor excusa para abordarla, la increpo: “perdona que me meta donde no me llaman, pero cómo vas a beberte una cerveza en un vaso de plástico!”. Rompe a reír y mirándome de frente a los ojos, protesta: “no es para mí, es para el compañero de la caja…”  Mi intervención surte efecto y el camarero blande un vaso de cristal: “te la sirvo en el vaso pero dile que me lo devuelva”. Me siento a una mesa y al poco noto su presencia tras de mí, sin perturbarme, son muchos años los que llevo encima, y me encuentro agotado por el trabajo de la casa que acabo de limpiar entera. Como no me doy por enterado es ahora ella la que me aborda, colocándose de frente en postura de entrega sin reservas, eso al menos es lo que creo leer en su expresión corporal, y ofreciéndome la más prometedora sonrisa que podáis imaginar, me guiña un ojo: “tengo yo cara de beber la cerveza en un vaso de plástico?”. Cuánto quiero a mi gente. Yo ya sé que, a pesar de mi edad, de mi calvicie y mi tripa, uno sigue teniendo un no sé qué que atrae a las mujeres hermosas por doquiera que vaya, pero qué queréis que os diga? hoy no estoy para esos trotes. Además mis sueños son esclavos de mi dulce Dulcinea. Que quién es ella? y tú me lo preguntas? pues quien va a ser! Tú!
3. Salmorejo 
Ida que se hubo (ida? o ido?), en respuesta a mi sonrisa cansada y displicente, se me acerca el camarero que me ofrece el menú: “Salmorejo…”. “Salmorejo”, le interrumpo bruscamente, sin darle opción a que suelte toda la retahíla. Vase a la cocina y regresa negando con la cabeza: “pues no va a poder ser, que s'acabao”. Gesticulo con exageración simulando un gran enfado con una sobreactuación que no deja lugar a dudas: “y me ofreces salmorejo, con lo que a mí me gusta, para luego decirme que no hay!? calientabocas… pero qué necesidad tenías de abrirme el apetito ofreciéndome lo que no me puedes dar? Tú crees... “Alto ahí!”, me interrumpe gritando más que yo “que mañana le tengo preparao un salmorejo que se va a chupar los deos, con espárragos y huevo, a la antequerana, qué s'a creío…” Soy andaluz, se me nota? Cómo quiero a mi gente! Si es que tienen un arte que no se pué aguantá. Como para montar este número allá en el norte donde vivo en el verano.

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