sábado, 8 de febrero de 2025

2626 (S 8/2/2025) Intríngulis de la memoria

Olvido el paraguas, olvido mi móvil, olvido las llaves…, olvido todo, y todos los días. Y cada día, más. Demencia senil? Prenunciando el Alzheimer?

        Leo un artículo de Javier Sampedro Qué pasó, dónde y cuándo, que me excita la curiosidad sobre este tema. Veamos:

 

        La información visual se gestiona en la parte posterior del córtex, la zona del cerebro más cercana a la nuca, pero no se memoriza ahí sino en el MTL, por encima de las orejas. Cuando recuperamos una memoria del MTL (es decir, cuando recordamos algo) el concepto grabado en el MTL viaja a la nuca.

            https://elpais.com/opinion/2025-01-25/que-paso-donde-y-cuando.html

 

     Unos hablan de seis facultades mentales: imaginación, memoria, intuición, razón, percepción y voluntad;

        otros de cuatro procesos mentales: la sensación, la percepción, la atención y la memoria.

        Cito a éstos porque en ellos puede verse que en los dos está la memoria, y sólo se repite la memoria. Lo que nos muestra que es ella, la memoria, una de las principales, si no la principal. Y yo creo que no lo es.
       Yo creo que no lo es porque mi experiencia conmigo mismo me enseña que aquello que hago o percibo sin prestarle la debida atención lo olvido más fácilmente que aquello que percibo o hago concienzudamente. Con la edad repetimos muchos actos tan familiares que no le prestamos la atención necesaria para que luego active las sinapsis neuronales que producen la memoria. La atención es independiente de la memoria pero ésta depende de la atención con la que activamos la percepción/ o la sensación. A eso iba. Lo importante, pues, no es tanto la memoria de lo que hicimos y/o sentimos como la atención que les dispensamos, la intensidad de la percepción/sensación con la que lo grabamos.
          Y esto explica que nuestros olvidos cotidianos se produzcan con nuestros actos cotidianos. Olvidamos dónde dejamos las llaves o el móvil pero no se nos olvida la tabla de multiplicar ni la lista de los reyes godos. ¿Por qué? Por nuestra vitalidad mayor cuanto más joven éramos y porque de jóvenes lo grabamos en la mente con cincel.

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