domingo, 6 de octubre de 2019

1956 (D 6/10/19) Descubierto un planeta que no debería existir

Nuño Domínguez nos ilustra sobre un gigante gaseoso que orbita en una estrella enana: Un grupo de astrónomos propone un viaje a un planeta no muy lejano que no debería existir.
    Desde el telescopio de Calar Alto, en Almería, se cartografían las estrellas más cercanas a la Tierra. Se trata de enanas rojas mucho más tenues y pequeñas que el Sol. En algunas de ellas se han descubierto planetas terrestres donde puede haber agua líquida y por tanto, vida. La necesidad de incluir más estrellas pequeñas en su mapa llevó a los responsables del instrumento a mirar hacia GJ 3512, inicialmente descartada por ser demasiado débil.
       En este astro a 30 años luz los astrónomos han descubierto un planeta gigante con una masa equivalente a la mitad de Júpiter, unas 150 veces la de la Tierra. Su interés no está en su potencial habitable, pues es una hostil esfera de gases a más de 120 grados bajo cero debido al poco calor que le aporta su estrella. Lo sorprendente es que según las teorías de formación planetaria este planeta no debería estar ahí.
      Hasta ahora se pensaba que los gigantes gaseosos se forman cuando en el disco protoplanetario que rodea una estrella se van juntando fragmentos rocosos hasta formar esferas con una masa equivalente a varias veces la de la Tierra. Esos núcleos sirven de semilla para el hidrógeno y el helio, que comienzan a envolverla hasta formar descomunales colosos gaseosos. Pero la estrella GJ 3512 tiene un diámetro unas siete veces menor que el Sol, demasiado poco para acumular suficiente material rocoso. Según los modelos actuales de formación planetaria, “nunca” podría existir un mundo como éste, aseguran los autores del hallazgo según han publicado en la revista Science.
      Por la forma de la órbita del planeta, muy elíptica, los investigadores creen que hay otros dos gigantes gaseosos que todavía no han podido detectar, pero que influyen en su trayectoria. “Uno de ellos quedó a la deriva poco después de su formación hace miles de millones de años y ahora es un planeta solitario que viaja por el espacio interestelar”.
    El hallazgo de este nuevo planeta obliga a revisar una forma alternativa de alumbrar planetas gigantes específica de las enanas rojas, que son la inmensa mayoría (80%) de todas las estrellas de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

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