3 perlas 3
De David Trueba, Sólo los ángeles:

De Jorge Madrirrodriga, Dime qué piensas…:
…pensar hace libres a las
personas…Si alguien nos dice “¿de verdad quieres que te diga lo que pienso?”,
en realidad nos está diciendo “es mejor que no sepas la verdad”. Peor todavía
es el “te voy a decir lo que pienso”. Ahí nos podemos agarrar los machos (con
perdón), porque a esta frase solo la supera el ominoso “tenemos que hablar”. Cuando decimos que nos hemos pensado algo dos veces, queremos decir que hemos cambiado de opinión. Y suele ser señal de que en la primera ocasión no lo habíamos pensado. El “me lo voy a pensar” de la jefatura significa que no hay nada que hacer y el “lo estoy pensando” es en realidad “se me había olvidado completamente”. Un biempensante es un ingenuo. Y un malpensado… un malpensado.
De Javier Cercas, Un tiro en la boca:
Al Reino Unido el referéndum
del Brexit la partió por la mitad, abriendo un abismo entre el norte pobre y el
sur rico, entre los jóvenes partidarios de la UE y los viejos contrarios a la
UE, entre el campo pro-Brexit y las ciudades anti-Brexit. La prensa sensacionalista,
de lejos la más leída en el país, es una prensa empapada de un nacionalismo
cerril, un antieuropeísmo supremacista y una venenosa nostalgia del Imperio,
cuyas trolas ningún político osa desmentir por temor a perder votos. Nada más
parecido al Brexit que el separatismo catalán.
Son cuestiones esenciales, la primera que la
separación de Reino Unido de Europa —no digamos la de Cataluña de España— no es
un divorcio apacible, sino una amputación violenta, de consecuencias
incontrolables.
La segunda es que los referendos, que para
algunos ingenuos —y algunos tramposos— son el colmo de la democracia,
constituyen a menudo pésimos instrumentos democráticos (no en vano han sido una
herramienta favorita de los tiranos), que rompen traumáticamente las
sociedades.
La tercera es que mucha gente prefiere la
mentira a la verdad, porque las mentiras son casi siempre redondas, digeribles y fáciles de entender, mientras que las
verdades son con frecuencia incómodas y complejas.
La cuarta es que la ignorancia nos vuelve
vulnerables a las mentiras, lo que explica que el poder la fomente con
entusiasmo, porque las verdades fabrican hombres y mujeres libres, mientras que
las mentiras sólo fabrican esclavos.
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