El PP en las elecciones de 2011 del
Ayuntamiento de Valladolid casi duplicó los votos del PSOE (85.000 contra
45.000, y 18.000 Izquierda Unida) y, lógicamente, los escaños (el número de concejales
del PP fue de 17 contra 9 y 3). Angela Covadonga Bachiller Guerra, que padece
del síndrome de Down, ha tomado posesión del cargo de concejala del PP en dicho
Ayuntamiento, sustituyendo al concejal Jesús García Galván que dimitió antes de
comparecer ante la Justicia como imputado en la causa de corrupción urbanística
denominada “caso Arroyo”, pues había quedado primera en la “lista de espera” de
los candidatos del PP. Al término de Pleno dijo: “Gracias por haberme dado la
confianza”. Eso puede bastar: darles la confianza puede permitirles la
suficiente autoestima para integrarse de lleno en la sociedad, a los
25.000 que hay en España. Porque hoy por hoy sólo un 2% de ell@s ocupa un
trabajo remunerado.
Angela, que se levanta todos los días
a las 6:30 de la mañana, se ocupaba como auxiliar administrativa en Servicios
Sociales de la Concejalía de Bienestar Social y aún le quedaba tiempo para
aprender solfeo, informática, piano e inglés, y practicar el baile y la
natación. Admira especialmente a Van Gogh y a Monet. Tenía un título de
Formación Profesional y, como ángela de su familia que es, asesora a su padre con el ordenador en
materias de internet. Ahora en la concejalía (de Urbanismo? de Asuntos
sociales?) se ocupará, para empezar, del plan de pago a proveedores y de la
promoción del vehículo eléctrico.
Pontificaba Fernando Fernán Gómez que
la vanidad es el motor de los artistas. Es sin duda la autoestima la que nos
permitió sobrevivir y evolucionar desde que dominamos a la naturaleza, aunque
fuera con el erróneo instrumento de los rituales mágicos. Si, como en efecto ocurre, es
cuestión de autoestima y confianza, a Angela ya se la dieron los 85.000
electores que auparon al PP en la alcaldía de Valladolid.
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