Un papa cristiano al frente de su antítesis la iglesia católica. Desentona que no veas
Ocurre con los papas que son “buena gente” (en giro andaluz), como Juan
XXIII, que llegan a ganarte y convencerte tanto que uno llega a creer que la
iglesia no es tan mala, tan perversa, lo que provoca confusión. La iglesia
católica está mejor representada por prebostes ultraconservadores, la gran mayoría, que se comportan como lo que son, dogmáticos,
nefastos, inquisitoriales, terroristas de conciencias contrarios a todo
movimiento que pueda ayudar a mejorar, a progresar, la moral y la sociedad, con
lo que dejan muy claro quiénes son y cuáles los intereses que representan.
Estos papas cristianos, sin embargo, los decentes, en este sentido son
realmente peligrosos. Nos pueden hacer dudar.
El papa Francisco predica a los obispos “la pobreza y no los oropeles de
sus santuarios”; el “contacto con la calle” en lugar de la connivencia con los
intereses de palacio y los políticos; “un estado laico, único donde pueden
convivir distintas religiones”, en lugar de los regímenes confesionales; una
juventud rebelde indignada, porque si no se rebelan ellos y ahora, para cuándo
lo dejamos. Y ahora viene la pregunta y la sorpresa, pero qué hace este colega,
cristiano, pues cristiano es su mensaje, al frente de la institución más
anticristiana del mundo y de la historia, la católica, hermética, dogmática,
cerril, prehistórica, narcisista, ávida de privilegios, vampiro de los fondos
públicos, que sólo persigue el poder y la codicia. Este papa parece joven,
sano, puesto al día, con sentido común, y con unos valores inversamente
proporcionales a los de la institución que representa. Institución, por cierto,
que ya debe estar pensándose cómo quitárselo de en medio. O enmudecerlo de por
vida.
A la pregunta sobre el posible acceso de la mujer al sacerdocio, no se
atrevió a encarar el tema que redujo a ensalzar el estatus de la Virgen por
encima de los apóstoles. Como diciendo, qué más queréis? El ejemplo es sencillo: ser madres y vírgenes al mismo tiempo, y ser elegidas por el Espíritu Santo para concebir al Hijo de Dios sin concurso de varón. Faltaba oírle
pronunciarse sobre temas tabúes para la iglesia católica, como el matrimonio
homosexual, el divorcio, el condón o el aborto, pero habrá que darle el beneficio
de la duda, y tiempo al tiempo. Está por ver también su actitud frente a los
gays , el celibato y la misoginia eclesiástica. Aunque ya podría acoger a los
malditos teólogos de la liberación.
sobreactuación? (útil...? necesaria...?) |
Yo le concedo mi voto de confianza. Pero no lo confirmaré hasta tanto
que, tras un pontificado en el que para nada haya utilizado su privilegio de
hablar ex catedra, se atreva a decir
que la verdad está en la duda. Ese día valdría la pena haber confiado en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario