1. Desnudos

Ya he comentado en alguna parte anterior de este blog la grima que me da ver taparse las partes pudendas al portador de la antorcha que inaugura las Olimpiadas. El desnudo es casto, la morbidez está en el ojo que lo mira. Hasta Afrodita, la diosa del Deseo, para seducir tiene que vestirse, aunque lo haga tan sólo con un cíngulo. La actriz Golshifteh Farahani, iraní de 29 años, ha sido desterrada por posar desnuda y mostrarse así en su blog, en protesta por la censura oficial cinematográfica persa (en un año en que la magnífica película iraní
Nader y Simin, una Separación, de
Asghar Farhadi, puede ganar el Oscar). Me agrada que el desnudo, real, en fotos, en manifestaciones callejeras... se convierta en un símbolo de protesta, de libertad, porque realmente lo es, y lo da (la libertad). Nuestro cuerpo es nuestro y me parece justo y bueno que lo exaltemos. La liberación cultural, religiosa, mental, pasa por la necesidad de una libertad sexual que emancipará a toda la sociedad, y no sólo a la mujer. Me gusta repetir que a los ricos y la iglesia no les gusta la alegría en la casa de los pobres, de los marginados, de las mujeres. (Las israelies danzan en las calles en protesta contra la ortodoxia judia antifeminista. Bravo!). Y en cuanto a Golshifteh Farahani, que ya vive en París, ¿dónde va a estar mejor que con su paisana Marjane Satrapi (Persépolis, comic y film), con quien ya ha filmado Pollo con ciruelas? Anda y que les den.
P/S: Sobre la ideología como cadena cultural y mental en los regímenes autoritarios y fundamentalistas, recomiendo la lectura del ensayo The Power of the powerless sobre las dictaduras postautoritarias, del fallecido expresidente checo y premio Nobel, Vaclav Havel2. Privatizando TVs

Creo haberles ya contado que en Sudamérica las familias se afilian por mitad a los partidos con chances de gobernar, de suerte que los vencedores puedan alimentar a la otra mitad que se queda en la oposición, y a la espera de las nuevas elecciones. El
nepotismo es un rasgo más de sociedades incultas y catetas, y es tanto su causa como su efecto. Corrupción sutil no castigada que se opone a una justa meritocracia. José Luis Cienfuegos, ex-director cesado del festival de cine de Gijón, puede haber sido una víctima colateral del fuego a discreción abierto por los gobiernos del PP contra la cultura no afiliada y las TVs por afiliar. "Es mejor dejar los canales de tv en manos de profesionales que no de políticos" (que no sean los nuestros),
perogrulla y
eufemisza Esperanza Aguirre (perdón por los vocablos asesinos, es que no sé como calificarlo).Y luego nombran a los políticos "suyos". Sin percatarse de que así sólo consiguen sedar a los medios, debilitarlos y consecuentemente ser rechazados por la audiencia, véanse si no los canales 9 de Valencia y el de Madrid.
3. Prohibido prohibir
Los que me léeis ya sabéis que estoy a favor de la legalización del consumo de drogas, de la prostitución, del aborto..., porque dejarlos fuera de la ley sólo añade caos y perjuicios tanto para los interesados como también para la sociedad en general. En cuanto al aborto, acaba de publicarse un estudio en The Lancet (Instituto Cuttmacher, de New York) en el que se dice que "aumenta su número cuando se penaliza. Criminalizar el aborto es una estrategia cruel y fallida que conlleva más riesgos para la madre". Sudáfrica lo legalizó en 1997 y tiene la tasa más baja de todo el continente, nos informa Antía Castedo. En América Latina, con las leyes más restrictivas del mundo arropadas por la jerarquía eclesiástica, se da la mayor tasa de abortos de todo el mundo, nos dice Gabriela Cañas. Los que se escandalizan por la legalización deberían saber que de lo que se trata es de su control. Legislar sobre ellos (consumo de drogas, prostitución, abortos...) no es legitimarlos sino admitirlos como hechos inevitables (ahí están, y siempre han estado) para evitar el caos y descontrol que sólo aprovecha a las mafias, oportunistas o no-profesionales que se enriquecen de la miseria humana, cuando ésta no está regulada, y que se derivan de su i-legalización (penalización) o de su mera a-legalización (vacío legal). "No es por casualidad que allí donde se niega a las mujeres su derecho a decidir (sobre su cuerpo), se dé cita también la mayor despreocupación sobre la discriminación que las humilla".
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