1-9
años: Se consolida. El primer punto de inflexión que han localizado los
investigadores se sitúa en torno a los nueve años. Hasta entonces, sostienen,
en el cerebro de los niños se produce una “consolidación de la red” neuronal,
donde sobreviven las sinapsis más activas y se produce un aumento de la materia
gris (que contiene las neuronas) y de la blanca (compuesta por las conexiones).
Pero al final de esa primera fase infantil —y coincidiendo con el inicio de la
pubertad— el cerebro experimenta un cambio radical en su capacidad cognitiva y
en el desarrollo socioemocional y conductual.
9-32
años: Eficiencia. Es la segunda etapa llamada adolescencia. En ese lapso
temporal la organización de todo el cableado neuronal se mantiene más o menos
constante: todo ese entramado se refina cada vez más y las conexiones son cada
vez más eficientes. Sandra Doval, profesora Docente Investigadora en la
Universidad Internacional de La Rioja matiza que “el estudio identifica cuándo
cambian los patrones de reorganización del cableado cerebral, no cuándo el
cerebro madura, envejece o declina en términos
funcionales”. La transición a la vida adulta está influida por factores
culturales, históricos y sociales”, lo que la convierte en un cambio más
dependiente del contexto que de la biología.
32-66 años. Madurez.
Los investigadores de
Cambridge identifican otro punto de inflexión, el cambio en la organización de
las redes neuronales “más fuerte de la vida”. Esto coincide con el pico en la
maduración de la sustancia blanca —otros estudios ya habían apuntado que a
principios de los 30 se alcanza el techo de conectividad cerebral— y los
cambios en la arquitectura de la red neuronal, que hasta entonces se producían
de forma rápida, se ralentizan.
66-83
años. Vulnerable. Hay otro punto de inflexión a los 66 años,
coincidiendo con un cambio importante en la salud y la cognición. A partir de
esas edades puede empezar a aparecer la demencia o la hipertensión, que también
está relacionada con el deterioro cognitivo y el envejecimiento acelerado.
83- . Rutinas,
como defensa. Alrededor de esa edad se produce el último de los puntos de
inflexión identificados por los investigadores de Cambridge y arranca la última edad del
cerebro. Aunque admiten que los datos sobre esta fase son limitados, sí detectan
que las distintas áreas del cerebro tienen más dificultad para comunicarse.

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