https://elpais.com/ciencia/2025-10-13/las-gorilas-tambien-viven-muchos-anos-despues-de-dejar-de-tener-hijos.html?outputType=amp
El descubrimiento complica el papel de la menopausia entre los primates.
Gorilas en el Parque nacional de la Selva
Impenetrable de Bwindi, en Uganda.
Hasta inicios de este siglo, se creía que la menopausia era algo exclusivoo exclusivo de las humanas: en el resto de
mamíferos, las hembras pueden reproducirse hasta el fin de sus días. Desde un
punto de vista evolutivo, parecía lo más eficiente. Pero el biólogo evolutivo
George C. Williams postuló a mediados del siglo pasado la llamada hipótesis de
la abuela. En una versión resumida viene a decir que la menopausia dio a los
humanos una ventaja evolutiva al permitir que las abuelas ayudaran a sacar
adelante los hijos de sus hijas.
Desde entonces
se ha descubierto que las ballenas dentadas, como las orcas o los narvales,
viven muchos años después de su última ovulación. El gran revolcón a la
excepcionalidad humana se produjo hace justo dos años, cuando se supo que las chimpancés acompañaban a las mujeres
en una larga vida tras el climaterio. Ahora, un estudio ha demostrado que
también las gorilas viven muchos años después de su última cría. Todo apunta,
pues, a que la menopausia no fue una innovación de la evolución humana y que
siempre estuvo ahí. Investigadores de la Universidad de
Turku (Finlandia) y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva
(Alemania) han publicado en PNAS el resultado de un cuarto de
siglo de observaciones a 25 hembras gorilas (Gorilla beringei
beringei). Proceden de cuatro grupos diferentes del Bosque Impenetrable de
Bwindi (Uganda). Al contar desde la última vez que tuvieron una cría,
descubrieron que al menos siete de ellas llevaban una década de vida
posreproductiva de media. Algunas llegaron a vivir 13 años más y una de ellas
hasta 16. En libertad,
los gorilas no suelen superar los 40 años de esperanza de vida. Así que eso
significa que las hembras viven la cuarta parte de su vida, incluso más, sin
volver a reproducirse. Pero aunque todo indica que tienen la menopausia, Smit
reconoce que les falta la prueba definitiva.
En varias especies de cetáceos
odontocetos las hembras viven décadas tras su última ovulación. En el caso de
las orcas, de hecho, pasan más años en la fase posreproductiva que en la
reproductiva. Eso no invalidó la hipótesis de la abuela. De hecho la
enriqueció. Todas estas especies forman grupos familiares con una estructura y
relaciones sociales muy ricas.
Las orcas
viven en sociedades matriarcales y recientes trabajos confirman que cumplen con versiones refinadas de la hipótesis de la
abuela. Se ha demostrado, por ejemplo, que las hembras ya
menopáusicas llevan al grupo a los mejores lugares para encontrar salmones. Son
las más veteranas, por lo tanto, las más expertas y las que acumulan mayor
conocimiento. Tanto las
chimpancés de Ngogo como las gorilas de Bwindi se van de la comunidad en la que
nacieron cuando llegan a la edad fértil. Así que, cuando crían, no tienen madre
que las ayude a sacar adelante sus crías. No hay, pues, ventaja selectiva
aparente. En cualquier caso Ngogo es un paraíso que ha permitido a las
chimpancés envejecer hasta agotar su reserva de óvulos.
Habrá que
averiguar qué pasa en los otros grandes simios, los gorilas occidentales, los
bonobos y los orangutanes.
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