- ¿Todas? ¿Las religiosas también?
- También.
Vale. Todas las guerras lo son por razones económicas. Pero las religiones
¿dónde tuvieron su origen las religiones? Tengo para mí que, cualesquiera que fueran sus
razones, su institucionalización debió de ser política.
Dado que la dinastía faraónica se heredaba por vía maternal, los faraones
quedaban legitimados como tales por su unión con la heredera, o sea con su hermana. O,
como mínimo, con primos hermanos. Y ese parentesco debía ser el que tenía Akenatón con su esposa Nefertiti (“la bella que ha llegado”).
En el nuevo orden impuesto por el faraón Akenatón en el templo de Karnak, en Luxor (Tebas), dedicado al dios Amón-Ra, los sacerdotes perdieron sus privilegios entre los cuales sobresalía la gestión económica de todo Egipto y la propiedad de casi todo el ganado del país. Sospecho que el motivo de esta centralización del poder en el faraón fue cohesionar los territorios egipcios bajo una advocación religiosa, la del dios Sol, Atón, por encima de todas las demás. O sea, un motivo político donde los haya.
La conversión del nombre de Amenhotep en Akenatón en su cuarto año de reinado
no fue casual sino que se debió a un cambio radical en la estructura político-religiosa
de Egipto: El nuevo culto al Sol (Atón) como dios único y supremo, sin perjuicio
de respetar sus dioses locales a los territorios agregados, creó el monoteísmo
que Moisés aplicó después a las tribus hebreas cuando emigraron hacia su Tierra
Prometida. Lo cual he podido ratificar con la lectura del último capítulo 61.3 del
libro de Robert Graves MITOS HEBREOS donde dice: …“y en el mito de José ese
dios es identificado claramente con la concepción monoteísta de un dios supremo
universal propugnada por Akenatón”. Y en esas seguimos.
Akenatón cambió hasta el lugar de culto: el de Karnak a Tell-el-Amarna; el del dios Amón (Ra) de los sacerdotes al Atón del faraón; el de su nombre Amenhotep a
Akenatón…
La venganza de los sacerdotes
tras su muerte, además de recuperar sus viejos dioses y privilegios, fue borrar
su nombre de todos los lugares y soportes donde estuviera escrito, condenándolo al olvido,
y mofarse de él esculpiendo su figura con rasgos femeninos.
El himno al Sol de este faraón muestra su vena poética apasionada.
______________________
(*) Amenhotep IV o Amenofis IV (circa 1353-1336
adne. o 1364 a 1347), hijo de Amenofis III y Tiye (o Tiy), casado con
Nefertiti, fue el décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto. De sus hijos
Tutankamón, Anjesepaatón, Neferneferuatón, Setepenra, Nefernerura, Meritatón,
Meketatón, Tasehrit, destaca Tutankamón, su sucesor, legitimado para la corona
por su unión con su hermana Meritatón.
El complejo
del templo de Karnak tiene una extensión de aproximadamente 1,5 km² (150
hectáreas), con un perímetro de alrededor de 2.400 metros.
Apareces henchido de belleza en el horizonte del cielo,
Disco viviente, y origen de la Vida.
Al alzarte sobre el horizonte de Levante
llenas los países con tu perfección.
Eres hermoso, grande, brillante, alto sobre tu Universo.
Tus rayos cubren los países hasta el confín de lo que creaste.
Porque eres el Sol, los has conquistado hasta sus confines
y los sujetas para tu Hijo (el Faraón) al que amas.
Por lejos que estés, tus rayos tocan la Tierra.
Estás ante nuestros ojos, pero Tu camino sigue siéndonos ignoto.
Y cuando te ocultas en el horizonte de Poniente
el Universo se sumerge en las tinieblas y queda como muerto.
Los hombres duermen en sus moradas con la cabeza tapada
y ninguno puede ver a su hermano...
El mundo yace en silencio.
Es que Su Creador reposa tras el horizonte.
Pero, al alba, desde que te alzas en el horizonte
y brillas, Disco del Sol, durante el día,
expulsas a las tinieblas e irradias tus rayos.
Entonces, el Doble País es una fiesta...
Los rebaños reposan en los prados
Los pájaros revolotean en los estanques.
Sus alas se pliegan hacía ti en señal de admiración.
Las ovejas bailan sobre sus patas
Todas las especies aladas danzan
Todo vive cuando reluces encima de ellas.
Ciudades, pueblos, aldeas.
Sobre los mares o los ríos
Todos los ojos te ven frente a ellos
Y se arrodillan para honrarte.
Porque tú eres Atón, el Señor del día sobre la Tierra.
Tú estás en mi corazón.
Ningún otro te conoce.
Sino tu hijo Akenatón.
Al alzarte sobre el horizonte de Levante
llenas los países con tu perfección.
Eres hermoso, grande, brillante, alto sobre tu Universo.
Tus rayos cubren los países hasta el confín de lo que creaste.
Porque eres el Sol, los has conquistado hasta sus confines
y los sujetas para tu Hijo (el Faraón) al que amas.
Por lejos que estés, tus rayos tocan la Tierra.
Estás ante nuestros ojos, pero Tu camino sigue siéndonos ignoto.
Y cuando te ocultas en el horizonte de Poniente
el Universo se sumerge en las tinieblas y queda como muerto.
Los hombres duermen en sus moradas con la cabeza tapada
y ninguno puede ver a su hermano...
El mundo yace en silencio.
Es que Su Creador reposa tras el horizonte.
Pero, al alba, desde que te alzas en el horizonte
y brillas, Disco del Sol, durante el día,
expulsas a las tinieblas e irradias tus rayos.
Entonces, el Doble País es una fiesta...
Los rebaños reposan en los prados
Los pájaros revolotean en los estanques.
Sus alas se pliegan hacía ti en señal de admiración.
Las ovejas bailan sobre sus patas
Todas las especies aladas danzan
Todo vive cuando reluces encima de ellas.
Ciudades, pueblos, aldeas.
Sobre los mares o los ríos
Todos los ojos te ven frente a ellos
Y se arrodillan para honrarte.
Porque tú eres Atón, el Señor del día sobre la Tierra.
Tú estás en mi corazón.
Ningún otro te conoce.
Sino tu hijo Akenatón.
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