Aumenta el índice
de pobreza en España. Con el fin de evitar suicidios y otras depresiones, urge modificar
el sistema de cálculos estadísticos utilizados por el B.E. y el CIS.
(He aquí una denuncia de un capitalismo que basara la desigualdad en la genética: el pobre, que lleva a rastra su ADN pertenece a una especie distinta. El otro ya tuvo siempre la casa encima, desde su nacimiento:) No se puede
amenazar, como según los medios lo hace el Gobierno, con prohibir la compra
de viviendas por extranjeros, así, hale, sin más. No. Bastaría con exigir
que las viviendas públicas sólo sean asequibles para residir en ellas. (La
ausencia, sin permiso justificado, por seis meses, podría penalizarse con el desahucio
más un 50%, por ejemplo, de los pagos realizados.)
Y ya que estamos con el tema del año, la vivienda, recordemos al ínclito responsable (y Sra.) de la hazaña de la "burbuja inmobiliaria", Superlópez Aznar.
Bruselas sopesa la
consideración del título de la serie Maricón perdido por obsceno
y ofensivo para una posible sanción, si procediere. Y yo aporto mi opinión, que
va en la línea del rechazo a la sanción de Plácido Domingo por acciones que, si
fueran sancionables, lo serían hoy pero no en su época en la que tenían otros
valores morales y sociales, en suma, culturales.
Y es que el título bajo sospecha no
sólo no daña a nadie sino que su sanción tan sólo serviría para inhibir el
humor que es el que realmente necesitamos todos. Otra cosa será el contenido
que quizás sea reprochable y sancionable, pero no lo conozco. No nos pasemos de
rosca, que con ello no reforzaríamos la igualdad de sexos y el respeto a la
diversidad, sino todo lo contrario. Pero si hoy afortunadamente el hecho de la
homosexualidad ha sido socialmente aceptado (salvo para los energúmenos que
nunca faltan), y no sufre reproche, tampoco debería sufrirlo el contarlo, ni
discutirlo, ni el titularlo.
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