CÓMO SE MOVÍAN LOS MOAIS?
Es un misterio que persiste en la isla de Pascua: cómo se
transportaron esos cientos de estatuas gigantes en 18 kms a lo largo de la isla,
por los nativos que carecían de ruedas y de animales. La ilustración que se adjunta
con un moai de 21 pies de altura (7 m) muestra una escena con una teoría aceptada
hoy en día. La clave está en la tradición Rapanui según la cual los moais
caminaban.
Estatuas que se mueven.
Los arqueólogos Terry Hunt y Carl Lipo en 2011 lanzaron la hipótesis
de que con tres pequeños grupos se podría mover un moai: dos de ellos la empujarían
hacia adelante y el tercero hacia atrás. Sobre una plataforma pesada en forma
de D 18 personas desplazaron 30 m. una réplica de estatua de 8 Tm.
(En la parte superior
central de la ilustración): En Rano Raraku, la principal cantera, cada
moai era tallado en su base inclinada hasta que una quilla esbelta tomara su
lugar. El último paso era cortar la quilla y hacer descender al moai con
cuerdas hasta una zanja desde donde se iniciaría su transporte.
Teorías anteriores
En 1955 el noruego Heyerdahl con un equipo de 180 colaboradores
ataron un moai real de 4 m. y 10 Tm. a un camión para transportarlo. Un
espectador Rapanui que lo vio le dijo: “Están ustedes totalmente equivocados”.
En 1970 el arqueólogo
norteamericano William Mulloy especuló con la idea de que un moai pudiera ser
balanceado hacia adelante varios metros manteniéndole colgado por el cuello de
un tronco de madera en forma de V.
En 1986 el
ingeniero checo Pavel Pavel y 8 ayudantes desplazaron un moai real de 4 m. y 9 Tm.
mediante un balanceo que resultó arriesgado.
En 1987 el
arqueólogo norteameriano Charles Love colocó erecta una réplica de 4 m. y 8 Tm.
y la desplazó sobre rodillos cerca de 50 mts. en 2 minutos.
En 1997 Jo Anne Van Tilburg con 60 voluntarios tiraron más de 100 m. de un trineo de madera con un modelo de 3,3 m. y 10 Tm. tumbado boca arriba sobre rodillos de eucaliptos, árbol desconocido en esa zona.
(En la parte superior derecha de la
ilustración): Unos ojos de coral blanco con pupilas de obsidiana se le insertaban
al moai ya colocado en su destino dándole vida a la piedra.
(En la parte inferior derecha de la ilustración): Con un dispositivo iPad adecuado pueden verse los transportes de las piedras.
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