domingo, 1 de diciembre de 2024

2595 (D 1/12/2024) Las desgracias del PP

 

El PP no tropieza dos veces en la misma piedra sino sopotocientas. Me refiero a los bandazos que ha venido dando en materia de catástrofes pero siempre cometiendo los mismos errores, a saber:

          1. ocultando información; 2. desoyendo a los expertos; 3. siendo incapaces para reconocer sus errores; 4. politizando las catástrofes; 5. despreciando a los ciudadanos.
             Veamos unos ejemplos (5, por no extendernos más):
           2001: en el caso de las vacas locas Celia Villalobos recomendaba echarle un hueso a la sopa (peor fue lo de beber lejía como consejo de Trump contra el coronavirus);
    2002: la contaminación del combustible del petrolero Prestige que Rajoy definió como “hilillos de pastelina”;
           2003: caso Yak-42, con 62 militares fallecidos, en el que se lució el ministro de Defensa don Federico Trillo, experto en mentiras, chapuzas y faltas de respeto a los familiares de las víctimas, a quienes incluso se entregaron cadáveres mal identificados;
      2004: terrorismo yihadista del 11-M con 192 fallecidos: Aznar informó, sabiendo a ciencia cierta que era totalmente falso, como luego se ha demostrado continua y fehacientemente, que su autor fue la ETA, rematándolo después con la farsa de las armas de destrucción masiva en Irak, a sabiendas de que no era verdad. Y sigue afirmándolo hoy, por aquello de que si te equivocas, insiste en la equivocación, sostenella y no enmendalla, probablemente porque no conoce el proverbio latino cujusvis est errare nullius nisi insipientis in errore perseverare;
        2006: metro de Valencia, 43 fallecidos, en el que se engañó a las familias, se presionó a los medios para que falsearan la verdad y se intentó darle carpetazo, terminando condenado el vicepresidente de la Generalitat Ilmo. Sr. Don Diego Cotino.
      En todos estos casos el PP reaccionó igual: cumpliendo con los errores que se citan en el primer párrafo de este texto, más una huida hacia adelante y echando balones fuera para responsabilizar al Ejecutivo, principal mantra que obsesiona al PP junto con la intención de crear un caos político y zarandear al presidente del Gobierno, aunque los fallos de que se trate sean de la competencia exclusiva de las Autoridades autonómicas.
       Para ayudarles en el empecinamiento en sus errores cuentan con el apoyo cerrado de los medios de comunicación derechistas que les permiten mirarse el ombligo y agarrarse a una falsa sensación de seguridad y convicción de ser suya la Verdad.

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