Pues bien, éste parece ser el tema de la serie “Querer” de Movistar+ del
cual el jueves 18 de octubre pasado apareció
el primer capítulo y el 7 de noviembre el 4º y último de la miniserie. En su
crónica crítica de cine Natalia Marcos da Cinco razones para no perderse “Querer”:
la interpretación de su papel por Nagore Aranburu; la ausencia de flashbacks
(salvo la primera secuencia) que tuvieran que explicar lo que ya cuenta la
propia película; la falta de sincronía entre los cambiantes valores culturales
y su aplicación en la vida real por más que hayan sido aceptados a nivel
individual (éstos van más lentos, detrás); sin desviarse de su tono ecuánime y
moderado en el tema de la violencia sexual dispara a bocajarro el de la
dependencia económica, el del aislamiento de la familia y de amigos, de celos, etc.; y por último, el trato al televidente como adulto, sin
adoctrinamientos, como una simple crónica de la vida real.
Comentarios cáusticos sobre la actualidad en ESPAÑA que intentan despertar las mentes dormidas mediante el sarcasmo.
domingo, 17 de noviembre de 2024
2589 (D 17/11/2024) “Querer”
Ya en la entrada 2521: Dudas versus dogmas,
decíamos con motivo de la película How to have sex que “es muy difícil en el sexo trazar la línea que separa el consentimiento del
no consentimiento", máxime si, como ocurre en muchos casos, ni siquiera los
mismos interesados son capaces de discernirlo. Es el caso del film How
to have sex que dilucida pedagógicamente cómo un consentimiento
aparente puede encubrir una falta real de consentimiento. Chapeau. Varias
como ésta y terminamos entendiéndolo todos.
También deja claro que las mujeres violadas lo tienen crudo si no pueden aportar pruebas fehacientes en apoyo de sus denuncias.
A
lo que yo añado…, puedo? El tema central no es tanto la violación continuada como
el desfase entre la aceptación social de un cambio de valores culturales (en
este caso el sexo consentido) y su aplicación en la conducta personal de cada uno que se ve
dificultada por hábitos contrarios arraigados. Más claro: una vez aceptado el “sólo
el Sí es sí”, han dejado de tener sentido el tan arraigado "débito conyugal" tanto como
el consiguiente derecho conyugal.
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