Diez consejos inteligentes para evitar que nuestras emociones
distorsionen tanto nuestro bienestar como la percepción de la realidad.
1. No dar por seguro que tengamos siempre la razón. La duda es
buena consejera. Lo que pensamos y sentimos choca a veces con la realidad.
2. Culpar de nuestra infelicidad a los demás, o a razones
externas, nos impide ocuparnos de lo que depende de nosotros.
3. Es inútil y torpe creer que lo que no tenemos es la causa de
nuestra infelicidad. Si lo tuviéramos inventaríamos otras carencias.
4. No huyamos de lo que tememos. El miedo a algo es una puerta
que nos invita a traspasarla.
5. Relativizar nuestras creencias y vacilaciones: la felicidad permanente
es una ilusión.
6. Liberarnos de las creencias que nos esclavicen. Pero antes
hay que identificarlas y reconocerlas.
7. Las emociones, más que reprimirlas hay que gestionarlas.
8. Elige a los que des acceso a tu intimidad sin dejar de ser
amable con todos los demás.
9. No hay sufrimiento que no se mitigue con el tiempo.
10. La tristeza no es mala, es humana, y tenemos que aceptarla
como algo puntual. Un sentimiento triste no puede llevarnos a una vida triste. Sufrir
antes de lo necesario es sufrir más de lo necesario, Séneca dixit. No
nos pre-ocupe, pues, aquello de lo que en su momento tendremos que ocuparnos.
Texto completo de Francesc Miralles
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