A medida que progresas en la competición resulta más difícil ganar al adversario, me lo han enseñado los (clari-)videntes cronistas de estos JJ. OO. Eso explica lo que le ha ocurrido al tenista Carreño frente a Kachanov, al púgil Jalidov frente a Cruz, el campeón olímpico cubano, o al equipo de balonmano contra Francia. Ahora lo entiendo, claro. Y emulando la sagacidad de los cronistas ¿por qué no empiezan entonces con los más duros?
Con motivo de los JJ. OO. de Tokio 21 hemos podido constatar una vez más la incompetencia y mediocridad de los histéricos e histriónicos, chillones, cronistas deportivos.
Cuando los judokas, el griego y el turco, saltaron a la palestra, gritaron al unísono los dos: viva Chipre!
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