707 (V 7/6/13) Psiquiatras dementes

Psiquiatras dementes

Alarmado ante la extravagancia eclesiástica de que hablábamos ayer, sobre los exorcismos que quiere practicar el Obispado de Madrid, he tomado la iniciativa de formular esta propuesta que es difundida por change.or y que espero que apoyéis aquellos a los que, como a mí, os repugne este tema. Se trata de exigir la expulsión fulminante del Colegio Oficial de Médicos a los psiquiatras que acepten colaborar con el Obispado en materia de exorcismos. Puedes apoyar la petición haciendo clic aquí. (pulsando ^control y ratón).

           Texto de la carta para el Consejo Gral.Colegios Médicos de España:

El motivo de la presente es remitirles una propuesta: la expulsión fulminante del Colegio Oficial de Médicos de los psiquiatras que acepten colaborar con el Obispado en las prácticas de exorcismos que pudieran ser perpetradas por el Arzobispado de Madrid. La noticia la publica Antonio Elorza en El País de 1/6/13 calificándola como “psiquiatría del subdesarrollo”. Participar en estos conjuros ceremoniales es dar pábulo a irracionalidades de todo punto incompatibles con la dignidad de la ciencia médica así como con la práctica de su profesión.

El cardenal arzobispo de Madrid ha nombrado ocho exorcistas para su diócesis. O sea, que se lo cree… Que cree en la posesión demoníaca de las personas! Y prueba de ello es que va a designar a cuatro psiquiatras para que colaboren con los exorcistas (a fin de que dictaminen sobre si cada caso de posesión diabólica es “de naturaleza científica o religiosa”). Con ello pretende darle un tono doctamente objetivo al asunto, elevándolo del disparate al esperpento.
Pero hay más. Los psiquiatras que nombren y acepten también se lo creerán. Si no, a cuento de qué se prestarían a esta pantomima? Cómo pueden asociar una aplicación médica, científica, a casos disparatadamente irracionales? Señores del colegio de médicos: si el Arzobispado de Madrid llega a nombrar a esos cuatro psiquiatras para  los temas de exorcismos, y ellos aceptan, retírenles inmediatamente sus títulos para que no puedan ejercer su profesión. Serían un peligro público, además de una vergüenza nacional y un descrédito para el colectivo de los psiquiatras.

                     Atentamente.