En un derroche de elegancia y dignidad, Cristina
Cifuentes arroja a la papelera el título de Máster, títulos falsos a ella! hasta ahí podríamos llegar. (Desconocemos si piensa demandar a la Universidad por estafa.)
Si la hipocresía es el tributo que el
vicio rinde a la virtud, dice Irene Vallejo, la falsificación de títulos académicos
es el homenaje que la ignorancia rinde a la sabiduría.
Banco de tiempo: Se trata de un mercado de
intercambio de servicios pagaderos con cheques-tiempo. Sólo se valora el
tiempo, cualquiera que sea el tipo de servicio prestado. Si demando dos horas
de alguien para que me limpie los cristales de mi casa, le emitiré un
cheque-tiempo por dos horas. Cheque-tiempo que el limpiador podrá utilizar para
pagar dos horas de matemáticas que un tercero ha impartido a su sobrino. Ya
existen varios en España.
El tema da mucho de sí: modo de acceder a este mercado, importes
puntuales y pequeños que no afecten a profesionales del sector, aplicación en
el móvil para el control y seguimiento… Quien conozca cómo funciona podría
añadir información sobre este tema, no?
Cuando Jorge Lorenzo, el motero campeón,
dijo el lunes pasado que la realidad no existe fuera de nosotros sino que la
fabricamos cuando la pensamos, no se quedó ahí. Añadió algo más: (Por eso)
podemos transformar la realidad pensándola de otra manera.
Los conservadores sólo saben acomodar a
los cómodos y afligir a los afligidos. Los déficits presupuestarios no les han importado,
sólo fingían preocupación como una excusa para recortar los programas sociales (para evitar, supongo, que los pobres
parasiten los esfuerzos de los ricos, digo yo). (Esto no es de Lorenzo sino
de Paul Krugman)
Y esto que viene, de Sergio del Molino: la sátira es peligrosa para el poder no tanto por ridiculizarlo cuanto porque lo desnuda.
Y esto que viene, de Sergio del Molino: la sátira es peligrosa para el poder no tanto por ridiculizarlo cuanto porque lo desnuda.
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