“Te lo dije, te lo dije, no te lo decía yo?” repetía incansable mi
abuela cada vez que quería cobrar protagonismo (que era casi siempre). Pues
bien, ahora me toca mí:
Ya lo dije, ya lo dije (vide la entrada 1099 del 4/11/2015: "El disparatado conflicto catalán", por no buscar
entradas anteriores): El conflicto actual, escribí, se envenenó con motivo del
recurso del gobierno del PP contra el Estatut catalán aprobado el 18 de junio
de 2006, ante el Tribunal Constitucional que se sometió…
"…sumiso a los deseos del gobierno del PP declarando ilegal
(anticonstitucional!) el proyecto de Estatut de Cataluña que había sido
aprobado por unanimidad (!) por el Parlament catalá y por el mismísimo Congreso
nacional! motivo por el cual hacemos responsable tanto al Gobierno del PP como
a las instituciones judiciales del conflicto actual con los separatistas
catalanes. Dicho."
O esta otra, la entrada n. 1352 del 29/12/16:
“El Tribunal Supremo del PP se viste de luces”, en la que escribí:
"Por supuesto que la causa directa del conflicto, el culpable, es Artur
Mas (hoy la CUP), el que gestiona y dirige el descontento de las masas. El que
se empina como héroe y, a ser posible, como mártir de la causa, para ser
recordado en los libros de historia (al menos en los libros de la localidad).
El que aprovecha la cresta de esta ola para ocultar lo podrido que se esconde
debajo de su alfombra, de la de su partido CDC, y de la de su padre político
Pujol. Pero flaco favor nos haríamos a nosotros y a la historia si no
delatáramos el verdadero origen de este disparate. El verdadero origen está en el absurdo recurso del partido del gobierno
ante el Tribunal Constitucional contra un Estatut que habría hecho imposible
esta reacción catalana, un estatut que había sido aprobado por la inmensa
mayoría del Parlament catalá y también por el Congreso nacional. En la
prohibición del referéndum catalán por el gobierno de Rajoy que ha irritado a
más de dos millones de ciudadanos, que son una buena cantidad (y que han inundado las calles cada año desde
entonces). En la imputación
posterior del President de la Generalitat por haber desobedecido al Gobierno de
Madrid y al Constitucional. Y todo ello con el espurio objetivo de enfrentar
contra Cataluña a todo el territorio nacional a fin de conseguir un puñado más
de votos en las inminentes elecciones generales!"
Pero también me atreví a proponer, ya el primero de febrero del 2016, en el noveno tweet de la entrada 1146, una salida airosa que pudiera aceptar
tanto el gobierno central como el autonómico, a saber: que se acuerde un referéndum
en todo el territorio español sobre una posible independencia catalana. Los
catalanes podrían acotar los resultados de las cuatro provincias de su
territorio y actuar en consecuencia. Y aquí paz y después gloria. Los dos gobiernos
habrían podido nadar y guardar la ropa.
Dos apuntes adicionales que merecerían trato aparte más adelante:
1. Si el
nacionalismo catalán se ha alimentado en gran parte del rechazo a la mafia
criminal que es el gobierno del PP, no es menos cierto que el gobierno del PP
ha intentado sacar una rentabilidad política de su antinacionalismo catalán, en
una extraña y peligrosa simbiosis cuyos efectos amenazan violencia, no sólo
institucional sino en la calle.
2. Me cuesta admitir, pero tengo que decirlo, que
este presidente infumable, presuntamente delincuente y evidentemente corrupto, pretende salir adelante en su tratamiento del procés. Como experimentado Tancredo pretende, a lo judoka, tumbar al
contrario por su propio empuje.
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