El responso de los pueblos a condenados a morir
vaciando su población en las ciudades es el tema del magnífico libro La lluvia amarilla de Julio Llamazares
que no debéis dejar de leer.
Yo, por el contrario, huyendo de los ruidos y el estrés de la ciudad, me he integrado en mi pueblo
como voy a demostrar:
En
agosto de 147 habitantes llegamos a más de 300 gracias a los emigrados del pueblo
que regresan nostálgicos para pasar las veladas en charla animada en los poyos
de las calles hasta la madrugada. Cuando vuelvo de noche todos fijan su mirada, con los ojos muy abiertos, en mi coche que conocen desde hace ya
tiempo y giran su cabeza hasta que me pierden de vista en la curva de la izquierda.
Como si yo fuera un fantasma, una aparición, y así todos los días. Desde hace
años.
Cuando
paseo noto cómo se corren los visillos de las ventanas para seguir mis pasos
sin dejarse ver ell@s, todos los días. Y así desde hace años.
Alguna vez alquilamos un autobús que nos lleve a Benidorm. A las 6 de la
mañana en verano acudimos alborotados a la cita y nos subimos a él entre risas
y cuchicheos. Al poco de arrancar cantamos, desafinados, “Asturias patria
queridaaa…”, o “Para ser conductor de primeraaa…”, como los niños de la escuela
que no hay. Y eso que el menor de los que vamos en este bus del IMSERSO no baja
de los sesenta.
La
escuela que no hay… Porque no hay niños que acudan a ella. Sus padres jóvenes
han ido a buscar trabajo en la ciudad. Y un pueblo sin niños está condenado a
morir poco a poco, a medida que los viejos van muriendo. Sin remedio.
Las cunetas de mi pueblo abundan en romero
y tomillo que aquí llaman de otro modo. El valle está lleno de frutales,
cerezos, manzanos, ciruelos, perales…, y almendros que muchos años
pierden la flor en abril por las heladas tardías.
...er tonto er pueblo. |
Equidus |
Os
dejo un par de fotos. Con mi amigo Equidus, en los campos de mi pueblo, con sus
montes y sus vides, sus cabras y sus ovejas. “La jartá que m'e pegao comiendo
higos, ciruelas y moras, éstas de cuatro en cuatro”. (La otra foto no es del
caballo, es del tonto del pueblo.)
“La
señá que m'a sacao la foto me dice qu'ella carga su móvil en la terraza
mientras duerme, no sea que el día menos pensao el hijoeputa ese explote en su
mesilla de noche.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario