Si los de Podemos
llegaran a gobernar nos sumirían en la barbarie, sería una calamidad para los
españoles y para Europa entera, cuidado con ellos, son peligrosísimos, bajo la
apariencia de buena gente y de mejores intenciones se esconde su verdadera faz
de comunistas, que eso es lo que son, comunistas, y quieren retrotraernos a los
tiempos de la prehistoria…, etc. etc., son los mantras que repiten cada día los
que disfrutan del poder y no quieren compartirlo.
Pero qué es
el poder para que tengamos todos tantas ansias de ejercerlo?
Un poder del
cual no se abusa no es poder. No hablo de la moral del poder ni de una
deontología de su ejercicio, sino de la realidad, del ansia de poder para imponernos,
de la crueldad que le compaña para hacerse temible y respetado.
Quiero
decir que no hay poder sin violencia, que soñar con la utopía de una autoridad
ejercida en beneficio de los ciudadanos es fantasía, irreal, y adormece la posible
rebeldía de los súbditos. Que el que manda lo hace a palo y tente tieso y que
todo lo demás son patrañas y retórica vacía para impedir ni siquiera la
protesta de los apaleados. Para muestra en nuestros tiempos ahí mismo tienen
las leyes de Orden Público franquista o de la Mordaza de nuestro verdugo el
ministro del Interior. Les encanta repartir leña. La libertad hay que
reconquistarla cada día. El poder es por su propia naturaleza sádico y necesita
de una masa masoquista.
Esto en
cuanto al poder ejercido a palo limpio, que es un poco basto y mal visto en los
tiempos “democráticos” que corren, en los cuales la violencia se ejerce de un
modo soterrado, reprimiendo el cerebro de los súbditos, enseñándoles a besar
las cadenas, en lo cual son maestros los poderes religiosos. Y otro ejemplo lo
tenemos en las leyes de educación de los partidos reaccionarios como este del PP
que sólo intentan reprimir la capacidad de crítica (y consiguiente posible
rebeldía) en las mentes infantiles.
Y así, los
que se aferran al escaño (está por ver si los honestos que quieren cambiar el orden
vigente desde siempre seguirán siendo honestos cuando toquen el poder) amenazan
con que cualquier cambio político traería calamidades sin cuento (para ellos,
claro) por lo que avisan a sus votantes del modo más populista que no se dejen
engañar por promesas delirantes propias del “populismo”. Cada vez que alguien
intenta cambiar el orden vigente, para mejorarlo, recibe los insultos de extremista,
radical y populista. Por parte de los extremistas, radicales y populistas que
chupan de la teta pública, y hay que ver cómo.
Y con ello
dejan patente que son ellos los que están cagados de miedo de sólo pensar que
vengan otros a quitarles la sinecura del pesebre. Desgraciaos…, les daba yo así…




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