sábado, 14 de mayo de 2016

1199 (S 14/5/16) La crueldad del poder

Si los de Podemos llegaran a gobernar nos sumirían en la barbarie, sería una calamidad para los españoles y para Europa entera, cuidado con ellos, son peligrosísimos, bajo la apariencia de buena gente y de mejores intenciones se esconde su verdadera faz de comunistas, que eso es lo que son, comunistas, y quieren retrotraernos a los tiempos de la prehistoria…, etc. etc., son los mantras que repiten cada día los que disfrutan del poder y no quieren compartirlo.
     Pero qué es el poder para que tengamos todos tantas ansias de ejercerlo?
     Un poder del cual no se abusa no es poder. No hablo de la moral del poder ni de una deontología de su ejercicio, sino de la realidad, del ansia de poder para imponernos, de la crueldad que le compaña para hacerse temible y respetado.
    Quiero decir que no hay poder sin violencia, que soñar con la utopía de una autoridad ejercida en beneficio de los ciudadanos es fantasía, irreal, y adormece la posible rebeldía de los súbditos. Que el que manda lo hace a palo y tente tieso y que todo lo demás son patrañas y retórica vacía para impedir ni siquiera la protesta de los apaleados. Para muestra en nuestros tiempos ahí mismo tienen las leyes de Orden Público franquista o de la Mordaza de nuestro verdugo el ministro del Interior. Les encanta repartir leña. La libertad hay que reconquistarla cada día. El poder es por su propia naturaleza sádico y necesita de una masa masoquista.
Esto en cuanto al poder ejercido a palo limpio, que es un poco basto y mal visto en los tiempos “democráticos” que corren, en los cuales la violencia se ejerce de un modo soterrado, reprimiendo el cerebro de los súbditos, enseñándoles a besar las cadenas, en lo cual son maestros los poderes religiosos. Y otro ejemplo lo tenemos en las leyes de educación de los partidos reaccionarios como este del PP que sólo intentan reprimir la capacidad de crítica (y consiguiente posible rebeldía) en las mentes infantiles.
     Y así, los que se aferran al escaño (está por ver si los honestos que quieren cambiar el orden vigente desde siempre seguirán siendo honestos cuando toquen el poder) amenazan con que cualquier cambio político traería calamidades sin cuento (para ellos, claro) por lo que avisan a sus votantes del modo más populista que no se dejen engañar por promesas delirantes propias del “populismo”. Cada vez que alguien intenta cambiar el orden vigente, para mejorarlo, recibe los insultos de extremista, radical y populista. Por parte de los extremistas, radicales y populistas que chupan de la teta pública, y hay que ver cómo.
     Y con ello dejan patente que son ellos los que están cagados de miedo de sólo pensar que vengan otros a quitarles la sinecura del pesebre. Desgraciaos…, les daba yo así…

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