jueves, 15 de mayo de 2014

905 (J 15/5/14) Los jueces anti-corrupción refuerzan a los corruptos


Los jueces anticorrupción, demorando los procesos que se eternizan entre recursos, refuerzan a los corruptos que comprueban así que nunca les pasará nada por un quítame allá esas pajas de unos cuantos miles de milloncejos que han trincado de fondos públicos mediante cohechos, información privilegiada, falsificaciones de documentos, evasión de impuestos…, nada que no sea propio de cualquier empresario que se precie de tal. Unos castigos drásticos, urgentes, ejemplarizantes, metería a todos los empresarios por el carril de la decencia en el tratamiento de los fondos públicos. Pero la práctica actual que comprobamos cada día, de ralentizaciones, intervención de los fiscales como si fueran abogados defensores de los prevaricadores, penas mínimas, carpetazo por plazos de prescripción, y en último extremo indultos, les provocan euforias y entusiasmos que animan al más pintado a imitarles si no quieren quedarse atrás. Les basta comprobar que en ningún caso, ni uno, los delincuentes han devuelto ni un duro, ni uno, de los miles de millones que han robado. Con lo cual el delito deviene en hazaña, el delincuente héroe, la aceptación “social” aclamada, y al que no siga esta senda se le queda una cara de gilipollas que no te quiero contar.

Una sentencia demorada es tan injusta o más que una sentencia simplemente injusta. Nuestro sistema de justicia no es malo: es peor. Porque, entre otras cosas, nunca es buena si la dicha es tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario