domingo, 19 de agosto de 2012

419. reflexiones y otros disparates del día (19/8/12)

Que se vayan!
En relación con las enseñanzas y la pedagogía (a estacazo limpio) del gobierno del PP, Manuel Cruz, profesor de la Universidad de Barcelona filosofa sobre “las cuatro fases del desdecirse: primera, negar rotundamente en la campaña electoral que se vayan a tomar jamás una serie de medidas; segunda, ya en el gobierno un miembro del gabinete filtra el dato de la posibilidad de tomar algunas medidas de las rotundamente rechazadas en la campaña electoral (esta filtración será calificada como una opinión personal, “reflexión en voz alta”); tercera, en breve se dirá oficialmente que “tal medida no está sobre la mesa” del Consejo de Ministros, induciendo al ciudadano a percatarse de que ya puede darla por supuesto; cuarta, la medida está sobre la mesa, pero ojo! porque no hay más remedio, por culpa de la herencia recibida del PSOE, porque las circunstancias son distintas, para el crecimiento de la economía y la creación de empleo, para hacer lo que hay que hacer porque hay que hacerlo, y porque no hay más remedio, aunque no nos guste, y sobre todo porque es de sentido común (¡?!?). Las medidas estaban decididas, incluso su hoja de ruta, aunque hubiera que negarlas del modo más impúdico para ganar las elecciones. Este torpe enmascaramiento cambia de fachada a partir de los ajustes bestiales en el mes de julio en que se pasa a la desfachatez más desenvuelta. Pero ahora la culpa es de los demás, y además del exterior, con lo cual se intenta conseguir una cohesión contra un enemigo desconocido, sin rostro, innominable, y por supuesto irresponsable. El sentido común que se impone como contrario a lo dicho cada día el día anterior, delata la falta de sentido común en las medidas aplicadas hasta entonces, o sea el de todas las anteriores. Al ser de sentido común sobran las explicaciones y las comparecencias, y si las de sentido común eran las anteriores, éstas de ahora serán las insensatas. El caso es no entrar nunca en las intimidades de la clase adinerada que se dedica a jugar con el dinero. A la culpa extrapolada, a quien sea, pero del exterior, se le añade una ración de responsabilidad colectiva por “haber vivido por encima de nuestras posibilidades”, compartida, todos somos responsables, lo que desdibuja aún más las responsabilidades de los ricos, los banqueros o quienes quiera que fueran realmente los culpables, lo cual nunca sabremos porque se niegan a investigar (ya que son ellos mismos y ellos lo saben) y pone a los políticos a salvo de la crítica, dada la naturaleza catastrófica de esta inmensa crisis. O son unos inconscientes o son diabólicamente crueles, pues están comprometiendo severísimamente el futuro de las próximas generaciones. Ante este panorama, y dado que ya la portavoz del inconsciente colectivo del PP se ha pronunciado con un contundente “que se jodan!, los ciudadanos, cargados de razón y de ira, han decidido gritarles: “que se vayan!”

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